I
Por fin va a trabajar
Por fin, Dios mío, por fin, el señor Henrique Capriles va a trabajar. Seguro que ese día, para ponerla completa, lloverá, y será una excusa para tener una excusa para no cumplir con su palabra. Aunque usted no lo crea, ha llamado al pueblo venezolano para que desobedezca el decreto del Presidente Nicolás Maduro. ¿Saben qué? Este señor Gobernador no sabe lo que es trabajar, porque nunca ha trabajado. Ahora resulta que para contradecir al Presidente Nicolás Maduro, quien decretó que el día 1 de febrero como día no laborable, en homenaje al Bicentenario de Ezequiel Zamora. El Gobernador Capriles llama a los venezolanos y venezolanas a ir a trabajar. "Que nadie se quede en casa, ni se vaya a la playa, todo el mundo a trabajar, a construir un país próspero y generoso en riqueza, a trabajar como siempre lo hecho. Sigan mi ejemplo", eso parece haber dicho, aunque tiene entre ceja y ceja otra consigna con la cual asombrará a Raimundo y a todo el mundo.
Este señor que anda paseando por todo el país a cada momento, y quien no se pela unas vacaciones en Aruba o en su flamante apartamento en Nueva York, ahora, de golpes y porrazos, se convierte en un trabajador activo, en un obrero, pues, o sea... Eso no se lo cree ni Armando Briquet, tu amigo. Debido a que estás alzado, allí te lanzo esta curva: ya que eres tan amante de tu país y tan patriota porque no le respondiste al Vicepresidente colombiano, Germán Vargas Lleras, quien como cualquier alumno aventajado de Donald Trump, denigro de los venezolanos que, por diversas causas, viven en Colombia, llamándolos "Venecos". Yo no sé muy bien lo que significa la palabrita esa, pero oí que ni siquiera se puede definirse por televisión de lo procaz que es, o mejor dicho, de la connotación que encierra en sí misma en contra de los venezolanos y venezolanas. ¿Tú eres venezolano, Enrique Capriles? Entonces sal que "pálante es payá".
II
Guarimba nueva
Ahora sí corre un gran peligro Nicolás Maduro y el proceso revolucionario. ¿Saben por qué? Porque el Gobernador Capriles tomó el control de las guarimbas. Usará un nuevo método. Es, pues, una Guarimba nueva. El pasado 23 de enero probó que sí puede sustituir a los muchachos de Leo. Con un grupito trancó el Autopista Francisco Fajardo, y, de paso amenazó al gobierno de Maduro: "De ahora en adelante lo que bien es sorpresa tras sorpresa". Enea, pues, o sea. Su objetivo: enseñarle el tramojo a Maduro. Además, el señor Capriles dijo de manera enfática que la convocatoria del 23 de enero, fracasada, por demás, sería la última anunciada. A ponerse las alpargatas que lo que trae Capriles es puro joropo tuyero. Si le creemos a Capriles, Nicolás Maduro y el proceso revolucionario tienen los días contados. No hay pele. Este hombre se quitó la máscara y va a dar la cara donde tenga que darla. No más habladurías de pendejadas. No más diálogo. No más "patalleó" en Globovisión. Lo que viene es enea… Hay, Capriles, estas oloroso a Ramo Verde.
III
La MUD se "esguañangó"
La MUD se auto destruyó sola. Maduro no movió un dedo para que eso ocurriera. Sólo bastó el demoledor ataque a la que ha sido sometida la MUD y toda la oposición, desde todos los flancos: internacionales, nacionales y locales. Hasta los caricaturistas de oposición se han volteado en contra de la inoperancia de ese organismo. Los intelectuales. Los doctores. Los intocables. Los dormilones. El Chuo está devaluado. No es capaz de convocar ni a sus familiares a una marcha. Henry Ramos Allup no encuentra en que palo ahorcarse. Y Julio Borges, perdió la brújula. Se comenta que están por lanzar un nuevo organismo opositor, o una MUD renovada. Ojalá sirva para algo porque lo que ha sido la vieja MUD no ha servido ni para que María Corina Machado deje de comer chicharon con pelo. En serio, la MUD se "esguañangó" sola. No fue capaz de esperar que Donald Trump marque la ruta hacia Latinoamérica, en especial en Venezuela. Nadie sabe qué va a pasar, o con qué viene este señor que tiene al mundo como pajarito en rama… ¡Se cansa uno!