"Vamos a demostrarle una vez más al imperialismo norteamericano y a la gente que le sirve, que nosotros somos soberanos y libres, y que vamos a seguir siéndolo. Pero para ello se requiere de mucha fuerza unitaria, conocimiento, moral, entendimiento y acción conjunta de trabajo"
Hugo Rafael Chávez Frías (Miraflores, 16 de febrero de 2006)
Los acontecimientos ocurridos en los últimos días en Venezuela nos han demostrado la degradación a la que ha llegado la oposición; si es que alguna vez mereció ese nombre, con un grupo de forajidos al frente, quienes se refugiaron en la MUD y han usurpado ese rol en el escenario político de nuestro país.
La degradación de la dirigencia opositora en la Patria de Bolívar comenzó su calvario desde el mismo momento de la llegada del Comandante Hugo Chávez al poder en diciembre de 1998.
Luego del cambio de rumbo de la política venezolana, con un proceso constituyente y la aprobación de la Constitución de 1999, el curso de la historia cambio para siempre; aunque debemos admitir, que ya había dado sus primeros pasos con el Caracazo el 27 febrero de 1989 y obtenido su partida de nacimiento, el 4 de febrero de 1992.
Si bien la vieja dirigencia de la IV República había quemado sus naves, una nueva descendencia, con las taras genéticas más insospechadas, asumió el mando pero para demostrar un nefasto olfato democrático y acusar el más rancio fascismo, el cual jamás había experimentado Venezuela.
Como desechos formados en los cascarones de los viejos partidos AD y Copei y con abortos de los nacientes partidos de derecha formados en la secta de Tradición Familia y Propiedad (TFP), como Primero Justicia (PJ) y Voluntad Popular (VP) y junto a los nefastos Vente Venezuela (VV), Nuevo Tiempo (NT) y Alianza al Bravo Pueblo (ABP), se unieron en la MUD para hacer el más triste papel que partido político alguno hubiera escrito en la historia política de la Venezuela contemporánea.
El proceso democrático en la República Bolivariana de Venezuela, a pesar de experimentar un cambio en su esencia, continuó su rumbo dentro del espíritu de un Estado de Derecho y dentro de las reglas establecidas para la convivencia de los partidos, según la Constitución de 1999 y en especial, la Leyes de los Partidos Políticos de Venezuela y la nueva Ley Electoral.
Todo, junto a sus vaivenes del acontecer político venían avanzando dentro del juego democrático y muy a pesar de los obstáculos, se superaron escollos y se reconocieron elecciones, como la de la Asamblea Nacional, la cual ofreció gallos tapados al electorado y obtuvo una victoria gracias al engaño y la consigna de las colas, las cuales recordamos todos los venezolanos.
Paralelamente a ello, con cartas marcadas y diputados salidos del fraude, se transitó una nueva etapa plegada de "falsos positivos", con una presidencia amenazante (Ramos Allup), quien puso plazo a la Presidencia de la República de Nicolás Maduro, invocó abandono del cargo y para rematar, cayó en desacato ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Iniciando un nuevo período en dicha Asamblea y todavía en la ralla de su ilegalidad, con el desacato, hubo cambio de directiva y asumió la presidencia el diputado Julio Borges, con quien se inició un nuevo ciclo de descarada intervención en el imperio, por su ya conocida incursión en la OEA (con Ramos Allup) y ahora con Borges, en su más descarado y rastrero entreguismo al imperio y a su lacayo mayor, el secretario general del Ministerio de las Colonias, Luis Almagro.
Ante la fracasada invocación de la Carta Democrática y sus lobby junto a la vedette Lilian Tintori, en el Congreso norteamericano y en los brazos del senador de Florida Marco Antonio Rubio, la jauría de la oposición venezolana entró en su más descarada etapa del desespero.
Acudió al expediente de los "terroristas" y los mercenarios colombianos (los hijos de Uribe Vélez) para acabar con la llamada "dictadura de Maduro" e intentar hacerse del poder a través de un fracasado golpe de Estado.
En la misma onda del desespero, las incursiones en los últimos días, a pesar de su mayor respuesta popular por parte del chavismo el pasado 19 de abril con "la mamá de las marchas", no han agarrado mínimo y lanzaron el más feroz ataque fascista, con incendios y muertes en Caracas y en las principales ciudades del país.
Por cierto, es bueno destacar que los muertos (siete) los anunció a viva voz, el presidente en desacato de la Asamblea Nacional Julio Borges, a semejanza del guion aplicado en el 2002, cuando el golpe de Pedro "El Breve" contra el Comandante Hugo Chávez.
Junto a los muertos en la calle, los incendios provocados por encapuchados mercenarios supuestamente pagados por PJ y VP (Tomás Guanipa, José Guerra y Mari Albert Barrios) han generado un escándalo donde sale a relucir de nuevo el papel de la inmunidad parlamentaria, como escudo protector de malhechores.
La presencia de este show macabro en el escenario político nos ha llevado a referirnos al tema en las redes y mucho más, si hacemos alusión a los "locos de carretera", quienes sirven de protagonistas en el campo de la oposición venezolana y que a pesar de todo el Presidente Maduro llama al diálogo:
"¡Ya basta! Chateaba ahorita con mi amigo Néstor Melani y le decía, que somos masoquistas... Le hemos permitido a la derecha llegar donde han llegado, para que nos jodan y quemen el país...
Y los colombianos con Uribe y Santos al frente, esperando el derrumbe de Venezuela, como Santander, para invadirnos; aunque ya tenemos dentro, la primera invasión de neogranadinos y consiguen todo lo que en su país no consiguen, dejando por fuera a muchos venezolanos, sin vivienda, educación, salud... y lo peor es que no agradecen...¡pendejos que somos!
¡Amanecerá y veremos!