Todos debemos asumir la responsabilidad. Actuar siempre con responsabilidad. Y eso implica no culpar a los demás por lo que somos, hacemos o por los resultados de nuestras acciones. Significa actuar con madurez, con humildad, seriedad y dignidad. Supone saber en qué y cuándo fallamos para poder remediarlo. Tenemos que hacerlo en todos los ámbitos de nuestras vidas.
Si evaluamos por ejemplo las responsabilidades que tenemos todos con el país, vemos que en 18 años de Revolución el Gobierno ha hecho todo lo posible por cumplir con su responsabilidad. Hay resultados visibles: más viviendas, misiones, nuevos centros de salud, mayor inversión social y acceso a la educación, promoción de la cultura y el deporte. Con aciertos y desaciertos claro está. Pero por otro lado, vemos a una oposición que en todo este tiempo no ha hecho ni un solo planteamiento serio. Solo se ha preocupado por guarimbear y tratar de dar golpes de Estado, porque su único objetivo es el poder. No tienen planes ni programas que permitan superar la situación presente.
Estas acciones solo han derivado en atrasos, destrozos y la muerte de muchos venezolanos (consecuencias por las cuales no se han responsabilizado); y este mes de abril han mantenido su patrón desestabilizador con la excusa de las elecciones. Ese es el pretexto del momento, pero ¿cuál ha sido el motivo en todos estos años? Una vez más queda en evidencia su objetivo. No les importa si estamos bien o mal. Así se convoquen o no elecciones no estarán complacidos. Perdiendo o ganando su reacción siempre ha sido seguir saboteando y así lo vimos con la Asamblea. Nunca mostraron intenciones de diálogo o contribuyeron con planteamientos sensatos, solo le declararon la guerra al Gobierno.
En este análisis, y en todo lo que se refiere a la responsabilidad, hay un elemento que es de suma importancia y debemos valorar: el tema cultural. Necesitamos una cultura más avanzada, una oposición más avanzada, que en vez de sabotear aporte soluciones desde su punto de vista. Necesitamos una oposición que haga críticas constructivas, que rechace lo malo y apoye lo bueno, porque el éxito de la gestión del Gobierno va a contribuir con la felicidad de todos los ciudadanos y ese es el fin que todos debemos perseguir.
Asumamos y enmendemos con responsabilidad los errores que hayamos cometido. Apoyemos el diálogo, trabajemos juntos con propuestas para aportar verdaderas soluciones. Venezuela nos necesita unidos, leales a la patria. Reciban un abrazo.