Si una cosa se le puede reconocer al decadente y astuto capitalismo, y a la implícita estrategia de dominación de su poderosa e ingeniosa industria de las telecomunicaciones y de entretenimiento (popularizada contemporáneamente por la propaganda ideológica desarrollada por Hitler en la Segunda Guerra Mundial), es precisamente que ha logrado con bastante éxito re-vivir en el imaginario de los pueblos oprimidos determinadas emociones y realidades ante viejos y olvidados personajes de la historia, o mitos de la humanidad.
Quiénes sino ellos los que han sido capaces de lograr el efecto hipnótico de re-crear en nuestra actual realidad, la vieja e idílica admiración por el ICARO griego personificado en ese personaje de medias pantys y capa coloroda, el cual con los calzoncillos por fuera a partir de los años cincuenta ha sido el icono del poderío racial, político, económico, cultural y militar del imperio norteamericano.
Esta “mágica” y nada candida industria del engaño y la ignorancia, por medio de nuestras pasiones y emociones, nos han impuesto una realidad virtual donde lo im-posible se torna posible bajo el consumista y fetichista sueño americano. Es sobre todo por el letargo hipnótico producido por las imágenes de una realidad-fantasiosa que nos inoculan la comodidad de un conformismo que durante décadas nos ha mantenido sometido a sus intereses. Ha sido más por el engaño que por la fuerza como nos han mantenido sometidos, y desde aquellas célebres palabras de Bolívar las cosas no han variado mucho.
Es obvio y patológico que quien se acostumbra enfermizamente a mentir termina cual niño del cuento del lobo. Con todo el poderío militar desplazado en el medio oriente para nadie es un secreto que el mito sobre lo invencible del ejército norteamericano, amén de las fuerzas israelíes, ha sido un fracaso ante la ontológica necesidad de supervivencia de los pueblos y la humanidad.
Actualmente el reto principal y global del imperialismo se haya precisamente en nuestro propias riberas. Toda la magia del celuloide y de los superconsejeros del Pentágono en materia de imagen y elecciones, están volcados hacia el estudio y manipulación de la realidad venezolana. Es imprescindible para ellos, para sus consabidos planes de dominación global y sus desminuidas reservas energéticas, superar el estorbo Chávez en las próximas elecciones. Aunque los esfuerzos al respecto no han sido pocos y la inversión ha sido cuantiosa, aun no están al nivel de sus aspiraciones. El oscuro pasado de la Coordinadora Democrática ha sido ejemplo y estímulo para el ridículo final de Súmate. El tiempo pasa, el petróleo se les acaba, al igual que su liderazgo mundial, y todavía no han conseguido materia gris para como inventar su anhelado candidato en Venezuela. Hasta ahora han hecho de todo, incluso re-crear los esquemas sentimentales de la suspirada Barbie, tratando de convencernos sobre la inteligencia de una Corina Machado y de su redondo tarjetón. Ella, tan bonita, sonriente y de buenas costumbres, le dieron la administración de los billetudos alicientes para promover la unidad de un saco de felinos inconformes, que, al final, antidemocráticamente convinieron, previo baje de mula, darle la oportunidad a quien, desde los esfuerzos de Osmel Sousa, y su conocimiento de los escenarios y la escena, al perfilar su nariz, de antemano era el candidato ha ser elegido.
La campaña, por parte de los que nos creemos portadores de las necesidades reales de nuestro pueblo, ha de ser una sola, elevar la conciencia de la verdadera realidad de nuestro destino. Lo demás, vendrá por añadidura.
waldo.munizaga@corpomaracaibo.net