Manifestantes "pacíficos" rociaron aceite en la autopista y dos motorizados civiles murieron al colisionar sus unidades. Ninguna persona sensata que ejerza su derecho a ser adversaria de la revolución bolivariana, puede aceptar que entre los factores de defensa para solicitar el voto opositor, y expulsar del poder la revolución socialista bolivariana, ponga entre sus argumentos para captar adeptos, escenarios permanentes de violencia terrorista, aduciendo circunstancias que nos llevarían a aceptar la multiplicidad de instigaciones a delinquir, cual razones válidas moralmente, si éstas justifican cambios en la política nacional.
Sin embargo, hay quienes excitan sus más bajos instintos amparados en el fanatismo radical, colocan guayas para degollar motorizados sin pensar tales "animaladas", con el perdón de las bestias carentes de raciocinio, pero con cierto instinto natural de protección. Cuando vi a ensoberbecidos terroristas guarimberos en Altamira, Caracas, quemar un joven obrero lanzado a la muerte en gavilla, acusado de "chavista", mi expresión fue, "¡¡¡que bárbaros!!!, están peores que los animales". Luego recordé que ocasionalmente ocurre solidaridad en la fauna, y hay ejemplos filmados como testimonio de preservación.
Mi mente noticiosa evocó que hace unos 15 años vi en la TV la escena de un perro atropellado por un automóvil, en momentos que cruzaba junto a otro una vía rápida, el mal herido fue rescatado por el otro animal halándolo con los dientes hasta la orilla de la carretera y lo salvó quitándolo del peligro de ser aplastado por otras máquinas. Aquel video es ejemplo animal para proyectárselo a los infelices "seres humanos", que en Venezuela nos avergüenzan con su conducta salvaje. Justifican su comportamiento, quienes los dirigen o mal direccionan, pues se niegan al diálogo por la paz, así lo propongan personalidades internacionales y organizaciones de respeto mundial.