La creatividad política de la oposición no tiene límites, aunque hay quienes piensan que las acciones ilimitadas sólo se encuentran en la estupidez. Si ese es el caso, entonces pareciese que estamos en presencia de una acción de estupidez política, al querer "consultarle" a la población, el domingo 16 de julio de 2017, sobre "un disfraz de plebiscito".
Es muy curioso, que por lo general, los llamados plebiscitos a lo largo de la historia han sido activados por las dictaduras y utilizan éste instrumento político para darse un rostro de legitimidad, y ellos acusan al gobierno de Maduro de dictadura, pero con ésta consulta plebiscitaria, lo que demuestra es que el ethos dictatorial la tiene es la oposición política venezolana, ejemplos sobran de que La MUD, hace lo que les da la gana: trancazos, guarimbas, quema de personas y de alimentos, los llamados a huelgas y ahora con su consulta plebiscitaria.
Hay que recordarle a la población en general y al escualidismo en particular, que la figura del plebiscito no está consagrada en nuestra constitución, ya que nuestra carta magna tiene establecida diferentes formas de referendos, que permite realizar consultas al pueblo de acuerdo con distintas situaciones y objetivos políticos-jurídicos que se pueden presentar en la dinámica historica de la nación.
Por lo tanto, La MUD , no debería de crearles falsas expectativas a sus seguidoras y seguidores, ya que esa consulta no tiene asidero constitucional y los resultados de esa consulta no son vinculantes bajo ningun aspecto. El artículo 71 de la CRBV, expresa la manera en que los referendos consultivos deben activarse y uno se pregunta: ¿Porqué previamente no solicitan la firma a dos millones de personas inscritas en el registro electoral permanente? ¿cual representatividad puede tener esa consulta, si sólo van a participar las personas fanatizadas de la oposición? ¿cuales serán los niveles de credibilidad sobre los resultados de ésa consulta, que no será supervisada por el CNE?
Las interrogantes anteriormente señaladas originan algunas aproximaciones a interpretar la teleología política de esa inconstitucional e ilegal consulta: lo hacen para sabotear y enrarecer el ambiente de cara al proceso electoral constituyentista del domingo 30 de julio y seguir vendiéndole al mundo de que estamos en un país dividido e ingobernable y que necesitamos de la intervención extranjera para la resolución de nuestros problemas.
Los apátridas y traidores siguen causando ruidos, pero debe imponerse, el hermoso sonido de una Venezuela que quiere paz y justicia social.
