Ya han pasado más de 100 días desde que los sectores más radicales y fanatizados de La MUD hicieran el 01-04-2017, un llamado insurreccional, con un ambiente hostil y pre-bélico con una desobediencia civil de tal magnitud que lograra ocasionar altísimos niveles de ingobernabilidad y de inestabilidad política, que abriera las puertas a una guerra civil, para lograr por lo menos una intervención extranjera.
Hasta ahora el balance ha sido extremadamente negativo: nos acercamos a la centena de muertos, miles de heridos, millones de dólares en perdidas materiales, perdida de clases y de semestres universitarios, ausentismo laboral y ¿todo para que?...para seguir inflańdoles el ego mal administrados a unos pseudo-dirigentes de la oposición que no les importa para nada las consecuencias nefastas de sus actos, y de paso no se hacen responsables de destruir al país para lograr "el como sea" la toma del poder ejecutivo nacional.
En éstos tres últimos meses en la política nacional "ha pasado de todo" pero hay una tipología conductual que llama poderosamente la atención y es que en la conducta de la derecha política venezolana, impregnada de tanta violencia y odio, presentan de manera peligrosa y compulsiva, ver candela por todos lados y disfrutar su destrucción, lo cual se conoce como acciones piromaníacas.
En el caso de la piromanía política , los sectores más violentos de la oposición, tienen una debilidad y admiración por el fuego en contra de todo lo que tenga que ver con el chavismo, recuerden mis lectoras y lectores que "estos amantes del fuego" han quemado vivos a personas y animales, han quemado toneladas de alimentos, instalaciones públicas, arboles, cauchos, vehículos, y todo lo que consiguen en la calle y son tan compulsivos e incontrolables que ahora hasta queman a todas las evidencias materiales de su falso plebiscito, es decir, actas y cuadernos electorales y uno se hace ésta angustiosa interrogante: ¿Será que quieren quemar a nuestra amada Venezuela y gobernar sobre sus cenizas?