No es la primera vez que Venezuela ve transitar por sus predios canallas entreguistas capaces de hipotecarla o venderla por una pizca de poder o un puñado de dólares. Canallas que traicionaron a Bolívar y los ideales bolivarianos. Cómplices del Imperio Británico que, en nombre de una pretendida superioridad sobre los militares y el pueblo independentista, colaboraron con la división de la Gran Colombia y con la conversión de Venezuela a partir de 1830 en un protectorado inglés de hecho. Élite sin alcurnia que ofreció nuestra Guayana a la Reina a cambio del apoyo de Gran Bretaña para eliminar todo rastro de la Guerra Federal, que ridiculizó a Cipriano Castro, que se entregó al gobierno estadounidense y a las petroleras trasnacionales.
Por supuesto Venezuela también ha visto recorrer por su territorio a infinidad de mujeres y hombres dignos, probos y orgullosos de ser venezolanos que no hay necesidad de mencionar. Lo que si vale la pena es recordar a la nueva canalla que hasta presidentes de la más que pitiyanqui IV República tuvieron posiciones nacionalistas y antiimperialistas.
Carlos Andrés Pérez, el policía secuaz de Rómulo Betancourt, el amigo de posada Carriles y otras alimañas, mantuvo relaciones con la Cuba que estos arrastrados tanto temen y odian, propició la integración regional, el encuentro Sur – Sur y apoyó con dinero y armas a los sandinistas. Rafael Caldera, líder del elitescos partido COPEI, si bien propicio los avances de la derecha en el continente, mantuvo a contrapelo con el Norte las relaciones con la Isla. Y, el también copeyano Luis Herrera Campins apoyó a Argentina con equipo militar y tropa, durante su enfrentamiento con los ingleses por la invasión a las Malvinas.
Más hoy en la V República y en pleno siglo XX, Venezuela vuelve a sufrir la presencia de fracasados personajes – ni oligarcas, ni burgueses, ni compañeros de ruta – hermanados por un odio tenaz hacia sus compatriotas. Sufre la vergonzosa sumisión de los neo fascistas al poder estadounidense, a la oligarquía colombiana enemiga crónica de nuestro país, a cualquier otra lacra política dispuesta a apoyarlos y saquearnos.
Hipócritas y cobardes, mientras juegan a la democracia a ver qué pescan, lanzan el vergonzoso y patético comunicado destinado a demostrarle a sus amos que ahora sí les van a cumplir. Que están dispuestos a apoyar cualquier tipo de intervención con tal de acabar con el chavismo, de devolver a los militares a los cuarteles y de poner al perraje en el no-lugar que le corresponde.
Pero se equivocan, una vez más. Aquí habemos un pocotonón de venezolanas y venezolanas dignos de nuestro gentilicio dispuestos a enfrentar a los enemigos internos y externos de la Patria.
¡Viviremos y Venceremos!