Son las 11 de la mañana del día lunes 16 de octubre. En la pantalla de Globovisión aparece la figura compungida y el rostro arrechamente fruncido del líder de Acción Democrática y jefe absoluto de la MUD, Henry Ramos Allup, en rueda de prensa. Se acomoda los lentes y gesticula, como un loco, antes de soltar sus primera palabras cargadas de veneno en contra de Nicolás Maduro y su revolución, cantando: "¡Fraude, fraude, fraude!. Atención señor Trump y señor Almagro, aquí en Venezuela se ha cometido la madre de los fraudes. El más descomunal, el más descarado y ruin de los fraudes. En los próximos días estaré presentando las pruebas. Este chavismo es lo más degenerado que puede haber en la tierra. Y Maduro el más grande dictador de la historia. Le ganó por veinte cuerpos a Marcos Pérez Jiménez y a su plebiscito de 1952. El gordito de Michelena es un niño de pecho en comparación con este hijo no se sabe de dónde y de quién. Dicen que es colombiano, pero no quiere mostrar su partida de nacimiento. Para mí que nació en las mismísimas tinieblas. Es un bichoide, cacahuate, petimetre y lechuguino hijo de un desconocido capirote de cualquier lugar de la tierra, menos de aquí. Porque aquí nos conocemos todos. Y yo, por mi sangre contaminada de heroísmo, no sé de donde salió este aborto, zigzagueante mal aprendido, en una cartilla china, y un librito ruso sin dibujos".
Eso está más claro que el canto de un gallo en una noche sin madrugada. Esa gente. O sea la MUD. O sea la oposición, pues, no aprende. Han llevado más palo que una gata ladrona y, como mula mañosa, se espantan ante un alarido de Maduro. El dueño de la MUD es Ramos Allup. Por eso es el que más habla de esta vaina y de la otra. Dice una cosa, pero se entiende otra. Lo cierto es que ya están preparando el camino para gritar ¡fraude, fraude, fraude!, el mismísimo lunes 16 en horas cercanas al mediodía, para pajearle el programa a Vladimir. Ya se oyen voces agoreras contra el CNE y contra Maduro, como si él fuera Tiby. Son unos balurdos estos tipos. Ya saben que los números no les dan, y que el PSUV y sus aliados le van a propinar las madres de las palizas. Ya sonaron el clarín de la retirada. Esos bueyes cansados como Alberto Galindez, Guillermo Call y Antonio Barreto Sira, entre otras momias adecas, no podrán con los gallos rojos. Ellos lo saben. Ramos Allup lo sabe. Por eso andan como locos buscando una excusa para no ir a las elecciones. Por eso no quieren diálogo. Le han dejado la tarea de acabar con Maduro y el chavismo a Trump y sus acólitos aliados, como Canadá, la Unión Europea y los lacayos de América Latina. Ni siquiera quieren esperar el 16 de octubre para cantar lo que todos sabemos que gritarán: ¡Fraude, fraude, fraude!
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La dirigencia de la MUD se ha constituido en un amasijo de marchas hacia delante y hacia atrás… Dicen una cosa hoy y la desmiente el otro día. Anunciaron que se retiraban de la mesa en República Dominica y ahora dicen que volverán a sentarse. ¿Quién entiende a esta dirigencia atrofiada? Por eso su propia gente no les cree. Son muchos que están colándose para el chavismo cansados de la dictadura de Ramos Allup… ¡Vénganse "pacá" que hay lugar para todos!