"La división de la oposición es una realidad. El país requiere una oposición fuerte, cohesionada y programática, que sirva de contrapeso a las políticas del gobierno. Su fractura actual debilita la lucha democrática por el poder, y desdice de la necesaria capacidad y talante político de la dirigencia, ataques personales y agresivos son consecuencia de una cultura caudillesca y clientelar, que dibuja proyectos individuales y grupales", una lapidaria referencia que leí en El Universal a Félix Jesús Cordero Peraza.
Desde la revolución es lo que hemos venido denunciando como política de la dirigencia opositora, que aflora dramáticamente a raíz de la derrota monumental de la ultraderecha maltrecha, pitiyanqui y capitalista salvaje, luego de la elección para Gobernadoras y Gobernadores el 15 de Octubre 2017, aplastados por la conciencia pacífica de la mayoría de la población votante, un pueblo que analiza y compara lo que se tenía antes de 1999, y lo que tenemos en 2017, pese a la guerra económica inducida, nunca ocurrida a fin de desestabilizar gobiernos anteriores, el ataque internacional, más las cínicas actitudes guarimberas de contrarrevolucionarios nacionales.
La dirigencia opositora se cae a porrazos, se da leñazos públicos, revelando así que nunca han trabajado por los intereses del pueblo al que dicen defender. En su accionar enloquecido, estimularon manifestaciones que dejaron más de 100 víctimas fatales, y 800 heridos, destrucción y pillaje en 4 meses del 2017, ataques vandálicos a transportes públicos, liceos, centros hospitalarios, quema de personas que transitaban cerca de sus terroristas concentraciones, todo un contrasentido violento que fuera de Venezuela es expuesto cual "lucha para regresar a la democracia perdida", pese a derrochar anticivismo, e inducir criminalmente a la barbarie.
No necesito evidenciar más esa conducta opositora, dando a conocer otras excusas para justificar su derrota. Tampoco sugerirles que "entren en razón", pues basta verlos y sufrir los efectos de su odio, para saber que simplemente están "excusados", son así, la derecha peligrosa que cuando está en el poder justifica masacrar adversarios, y mientras asciende asesina, por odio clasista y racista.
