Más de 9000 postulaciones recibió el Consejo Nacional Electoral para las próximas elecciones municipales del 10 de diciembre. Los candidatos opositores se inscribieron ignorando abiertamente las maquinaciones de la tríada dictatorial en que se convirtió la MUD. Docenas de pequeños partidos y movimientos electorales dieron un paso al frente apoyando e inscribiendo a líderes locales y dirigentes vecinales, sin hacer caso de la nueva locura abstencionista de la deschavetada dirigencia opositora.
Ramos Allup, Julio Borges y Freddy Guevara han quedado nuevamente en ridículo: ignorados y ninguneados. Sus rastreros intentos por coaccionar y condicionar los valores democráticos de nuestro pueblo han fracasado, quedando estos actores políticos como unos maquiavélicos saboteadores. Que vergüenza ver a unos supuestos líderes y “demócratas”, a los cuales sus propios partidarios no siguen ni respetan. Hay desconfianza total. Que descalabro tan grande para estos tres tristes personajes que solo aspiran a asaltar la silla presidencial. Se les babea la boca de tanto frenesí.
Con total torpeza, Voluntad Popular y Primero Justicia vuelven nuevamente a suicidarse, creyendo en pajaritos preñados de que el Tío Sam va a venir a invadirnos para instalarlos a ellos, con las botas de sus Marines por delante, en Miraflores. Lo que no han podido lograr por la vía electoral, lo siguen intentando por la vía de la violencia y sus golpes nada blandos. Una especie de Carmona Estanga Reload, pero esta vez con la inesperada incorporación de Acción Democrática, que ha abandonado su acostumbrada mesura para incorporarse a la política hormonal e irracional de sus socios abstencionistas.
Todo apunta a esto, a que la aversión a participar en las elecciones municipales fue una imposición gringa, que reclama a sus peones criollos tantas inconsistencias, falsedades y fracasos en las urnas electorales. Borges ha engañado a los agentes del Imperio Norteamericano vendiéndose como el Mesías salvador. Pero pasando los meses la derecha, bajo su dirección, solo se mueve en círculos para morderse su propia cola.
El Departamento de Estado debe estar cansado de mandarle a Borges y compañía, ingentes cantidades de cobres verdes sin ver resultados concretos. Hasta se han esmerado en emitir Decretos y Órdenes Ejecutivas con tenebrosas amenazas de invasiones militares y de bloqueos financieros. Este es un embargo que pega directo contra el pueblo venezolano, solicitado por el apátrida de Julio Borges.
Como huele a arrepentimiento, varios candidatos han buscado mecanismos alternos para resarcir el “error estratégico” que cometió la MUD. Así, varios líderes locales de la derecha se han inscrito calladitos, casi que disfrazados, utilizando la tarjeta de otros partidos “amigos” como la de Un Nuevo Tiempo o la de Avanzada Progresista. Tarjetas que tan solo hace unas semanas eran atacadas y vilipendiadas por las huestes opositoras. Algunos alcaldes de Voluntad Popular y Primero Justicia que aspiran a la reelección, han confesado que el poder es muy sabroso (importante) para perderlo por una malcriadez de la desubicada cúpula caraqueña, que ellos en su pueblo van a seguir mandando contra viento y marea, así los expulsen de sus partidos. Con esta posición los alcaldes rebeldes y los pequeños liderazgos locales se han sacudido olímpicamente a la dictadura de la MUD. No más cúpulas, no más tríada, no más MUD.
Guevara y la violencia fascista
Otro tema digno de destacar es el levantamiento de la inmunidad parlamentaria y el respectivo enjuiciamiento del líder de las bandas neofascistas, el criminal Freddy Guevara. Por fin la justicia se pone sobre los pasos de los terroristas que orquestaron, planificaron, financiaron y dirigieron las irracionales y sangrientas acciones de violencia de los primeros meses del año 2017.
Recordamos con claridad que con total impudicia y amparado en su inmunidad parlamentaria, Guevara dirigió personalísimamente las acciones de violencia que sacudieron al país. Sus intervenciones están perfectamente plasmadas en sus públicas ruedas de prensa y en sus redes sociales, donde aparece dictando las ordenes de operaciones para desatar la violencia por parte de las hordas organizadas de la extrema derecha fascista. De su impronta surgieron los llamados a marcha, plantón, trancazo, hora cero nacional o huelga nacional, que inalterablemente terminaban convertidas en actos de violencia, ataques, guarimbas y acciones terroristas, con el único objetivo de “conformar gobierno de unidad nacional”, es decir, dar un golpe de Estado, como lo confesaba Guevara en todas sus declaraciones.
A este sifrinaje golpista, hace rato que se le cayeron los disfraces de demócratas. Su verdadero talante fascista se develó por su preferencia por descargar su odio quemando vivos a seres humanos, principalmente al pueblo humilde. Estos criminales asesinaron a sangre fría, pusieron bombas y generaron el terror y la destrucción en los principales centros urbanos del país. Se ensañaron contra la gente de las ciudades donde gobernaban los propios alcaldes de la derecha. Claro, las bandas criminales de Guevara actuaban con total impunidad protegidos por las policías locales de estos municipios.
Como es costumbre en la “valerosa” fauna opositora, Guevara, el mismo que llevó temerariamente a los hijos de otros a la muerte, que incitaba diariamente a las hordas fascistas a la violencia y el terror, se ha escondido cobardemente dentro de las oscuras paredes de una embajada, lugar donde de seguro continuará muy bien alimentado (tranquilos, Capriles ya no es alcalde ni gobernador, no escalará por los muros para estrujar al “valeroso” huésped). La poquedad es una característica de esta derecha ruin y criminal que nunca asume sus responsabilidades.
El enjuiciamiento de Guevara es un gran paso. Aún falta poner tras las rejas a más criminales. Este es un avance para que haya justicia, para resarcir a las familias con la verdad. Que el mundo sepa que las “espontáneas” manifestaciones violentas fueron una artimaña de la extrema derecha para tumbar al gobierno y asaltar el poder político.
La derecha golpista se encontró de frente con la resistencia del pueblo. Fracasaron estrepitosamente en su agenda violenta, quedando hundidos en la muerte política, alejados del voto y de la preferencia del pueblo.