La oposición y su gris candidato llamado “de unidad” siguen repitiendo con insistencia goebbeliana la conseja de la ausencia de realizaciones del gobierno. ¿Cómo creen poder engañar al pueblo, que no sólo es testigo sino también sujeto y protagonista de la colosal empresa de transformación cuya contundencia admira el mundo? La fórmula del ministro nazi es válida en los casos de masas alienadas, lo fue en nuestra Venezuela cuartarrepublicana, pero no puede serlo para el revolucionado y revolucionario pueblo de hoy.
En realidad, la oposición sabe esto; pero, en primer término, el no poder revelar sus propósitos auténticos, aunque de todos conocidos, de retrotraer el país al cipayismo pitiyanqui --por lo cual carece de discurso positivo--, y en segundo, la letanía de negar todo y atribuir al gobierno cuanto mal preexiste y ocurre o se les ocurre, son parte de la estrategia desestabilizadora del imperio, que se va desenvolviendo con arreglo a lo previsto y por tanto es baraja marcada, incapaz de cambiar la suerte del juego de diciembre. Como afirma el presidente-candidato, si asumen consecuentemente la vía democrática, son bienvenidos, aunque con toda seguridad perderán; si vienen por la vía de la violencia, serán igualmente derrotados, pero ahora de manera que les hará arrepentirse de por vida.
¿Nada? Volvamos a ver: La Constitución bolivariana y la democracia participativa y protagónica, expresada en la figura de los referendos, en la creación de una institucionalidad ad hoc para garantizar la participación popular --como los consejos comunales, los comités populares, las mesas técnicas, las contralorías sociales y otros--, y en el respeto, por convicción profunda, de los derechos humanos, lo que incluye el repudio y castigo de los violadores; la independencia y soberanía de nuestra patria y el derecho a la organización soberana de la vida social; la posibilidad de realizar cambios profundos de manera democrática y pacífica; la unidad, conciencia y espíritu ético y patriótico del pueblo; la unidad cívico-militar; la legislación orientada al fomento y defensa de los intereses nacionales y populares; la decisión en marcha de erradicar la pobreza y la exclusión mediante el empoderamiento de los pobres; el manejo nacional de PDVSA y de todos nuestros recursos, y sobre esa base el ascenso económico expresado en índices de primer orden relativos al PIB, el empleo, el riesgo país, la inversión; el crédito y atención privilegiada a la economía popular y cooperativa; el estímulo sin retaceos a la cultura no excluyente y al deporte; las formidables obras de infraestructura, de valor estratégico para el desarrollo sustentable e independiente del país: puentes con vías férreas, autopistas, metros y otros sistemas de transporte urbano masivo, sistema ferroviario, represas, acueductos, viviendas, escuelas, centros de salud, etc.; las misiones, ese ejercicio reivindicatorio popular de formidables proyecciones: Barrio Adentro como sistema de salud que desarrolla la medicina preventiva y fortalece y racionaliza la curativa, en sus fases I y II muy avanzadas, la III, relativa a los hospitales, en inicio de impulso acelerado, y la IV, centros de alta especialización, inaugurada con el gran Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano; Róbinson I y II, Rivas, Sucre, Vuelvan Caras, plan nacional de lectura, infocentros, simoncitos, escuelas y liceos bolivarianos, escuelas técnicas, universidades no elitescas, más de 8% para la educación: sin comentarios; Mercal y los demás instrumentos para la alimentación popular; Zamora y el avance hacia la reestructuración revolucionaria del agro, dirigida a democratizar la tenencia de la tierra, eliminar el latifundio y dar impulso sostenido a la agricultura, en pro de la seguridad alimentaria del país; todas las demás, concebidas con profundo espíritu humano y como derechos y deberes sociales; la creativa política internacional en pro de un continente unido, poderoso, soberano y solidario con el mundo. Y mucho más: esto es sólo una síntesis.
¿Nada? Pregúntenselo al pueblo. Y mídanlo con sus votos en diciembre.