En tremenda y compleja situación se encuentran en éstos comienzos de febrero, los sectores políticos opositores que aparentemente creen en "la vía electoral" para lograr una de su más apreciada y casi única obsesión de obtener el poder ejecutivo nacional y desalojar al chavismo del poder…
Hasta el momento tienen varios precandidatos que no sabemos si van a renunciar a ser candidatos o si algunos de ellos se van a mantener hasta el final, a pesar de que gran parte del escualidismo más radical, no van a participar en la carrera presidencial para llegar a Miraflores y van a presionar siguiendo instrucciones del dueño de los dólares, para que dejen solo al candidato-presidente Nicolás Maduro y así la derecha internacional pueda gritarle al mundo ¡ En Venezuela, lo que hay es una farsa electoral! ¡Allí no hay competidores, solo la aclamación de un dictador!...
Uno de las grandes encrucijadas que tiene la derecha nacional es la decisión sobre el método para tener un candidato único, que no significa que sea unitario, ya que están los que creen en que todavía hay tiempo para montar unas primarias, en las cuales consideran que ese tipo de consulta es la más democrática…
Pero también hay otro grupo que consideran que el método mas adecuado es el consenso, y adversan a unas primarias porque argumentan que no hay tiempo, sale muy costoso y genera heridas incurables entre ganadores y perdedores. Existen algunas incógnitas e interrogantes con el consenso: ¿quienes son las personas que van a seleccionar a las y los que van a escoger y decidir por determinado candidato? ¿Como se define el consenso? ¿Ese consenso se va a dar a partir de un porcentaje de apoyo determinado o tiene que ser por unanimidad? ¿Todos los candidatos van a apoyar al candidato consensuado?...
Otra incógnita que no han podido resolver es el caso del empresario Lorenzo Mendoza, quien hasta ahora no ha dado muestra precisa y contundente de querer ser el candidato presidencial de la oposición y además, tampoco se sabe si "un gran burgués" va a querer "medirse" con otros precandidatos que no tienen su mismo "abolengo social" y esa situación puede afectar de manera significativa el impacto y la credibilidad para lograr apoyos en una campaña electoral para una persona no experimentada en el difícil terreno político-electoral, mas allá de las cómodas oficinas de un empresario que no sabe como "patear la calle"…
El otro dilema que están viviendo estos sectores opositores es que ya ni siquiera pueden utilizar la tarjeta de la MUD, y comienza la gente a preguntarse: ¿Qué tarjeta van a seguir? ¿Cuáles organizaciones con fines políticos que si tienen tarjeta "legal" van a salir beneficiados? ¿Las tarjetas que tienen para la competencia electoral será suficiente para derrotar a Maduro?...
El escualidismo en su laberinto electoral tienen otras dificultades existenciales que van desde si participar o no en las elecciones presidenciales, que método a utilizar, que candidato les puede garantizar el triunfo o que les garantice no perder por paliza, que los hasta ahora precandidatos pareciera que ninguno despierta "pasiones políticas colectivas" y que van hacer con el mejor candidato que tienen los opositores: la abstención…
No es de extrañar que en los próximos días veamos el siguiente gran titular de la prensa derechista: "Se solicita candidato presidencial de buena presencia y con capital propio"…
Nota: La persona seleccionada debe ser un autentico y radical anti-chavista y anti-comunista y con el visto bueno de Trump, Almagro, La Unión Europea y El Cartel de Lima.