"Son tiranías disfrazadas de democracia lo que hemos tenido en estas tierras durante mucho tiempo. Hay que echar abajo las bases del Estado colonial y construir un nuevo Estado Social, una República nueva que sea expresión del poder constituyente".
Hugo Rafael Chávez Frías (La Paz, Bolivia, 23 de enero de 2000)
Con tenacidad y constancia democrática el gobierno revolucionario del Presidente Nicolás Maduro ha insistido en el diálogo por la paz de Venezuela y ha llamado en reiteradas oportunidades a la oposición, a sentarse en una mesa de la cual se han parado varias veces, la han pateado y han dejado sin luz y sin vista a los más célebres mediadores como expresidentes, representantes del Papá y pare usted de contar.
La última payasada - por no decir cagada - la pusieron en República Dominicana ante el presidente de este país caribeño Danilo Medina, el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y varios cancilleres de algunos países latinoamericanos, quienes asistieron como mediadores invitados para garantizar el dialogo por la paz en la Patria de Bolívar.
En varios artículos hemos hecha referencia a la oposición venezolana, agrupada en la MUD - más por conveniencia que por vocación democrática - la hemos descrito y caracterizado como una banda de forajidos y de cipayos, quienes en cada actuación han demostrado su calaña y sus agallas de las cuales están hechos, como fariseos que no esconden sus apetitos de poder, sin ningún escrúpulo o principio que los avale como demócratas.
Son una mezcla de arroz con mango que ha querido encarnar las aspiraciones de una gran parte de venezolanos, quienes no comulgan con la Revolución Bolivariana pero que siguiendo los postulados del Comandante Hugo Chávez Frías, han reconocido el juego electoral en una democracia participativa y protagónica.
A medida que ha transcurrido el tiempo, las fuerzas revolucionarias que participan también en el juego electoral con partidos nacidos al calor de la lucha política como el PSUV y el Gran Polo Patriótico (suma de partidos de izquierda como el PCV, MEP, Podemos, UPA,ORA, Tupamaro, Somos Venezuela, etc.) han demostrado su apoyo a la Revolución Bolivariana.
En la contienda reiterada que derrumba la tesis del imperialismo y sus lacayos de querer calificar al Presidente Nicolás Maduro como "dictador", se cae por su propio peso con la suma de más de 23 elecciones en Venezuela en los últimos años y con un record de 3 elecciones en los últimos meses: la de la Asamblea Nacional Constituyente, gobernadores de estado y alcaldes de todo el país, con un triunfo contundente para las fuerzas del chavismo.
Ahora de nuevo se reafirma el escenario democrático venezolano con la decisión del CNE, en boca de su presidenta Tibisay Lucena de convocar las elecciones presidenciales para el próximo 22 de abril - del presente año - con su respectivo cronograma electoral de inscripciones, revisiones, las auditorias correspondientes y la participación de observadores internacionales en dichas elecciones.
Ante este resultado, la oposición representada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que ha dado más tumbos y se mantiene tambaleante, sin rumbo y sin destino, sólo ha sabido acumular fracaso tras fracaso y es sólo el reflejo de un coctel de intereses, los cuales pululan en su seno con apetitos que les destruye entre si y los conduce a una nueva derrota definitiva por parte las fuerzas revolucionarias.
A pesar de sus tácticas y estrategias de violencia que los ha conducido a golpear a sus propios seguidores con las guarimbas, el bachaqueo y la guerra económica, hoy se debaten ante un nuevo compromiso que los muestra desnudos y con su faz rastrera, en su descarado papel de perritos falderos del imperio.
Hoy más envalentonados que nunca por la compañía de su comparsa de carnaval de los países del "Cartel de Lima", bajo la batuta de Tillerson, el capo mayor de la Exxon Mobil y secundados por el ramplón de Juan Manuel Santos de Colombia.
Las cartas están echadas y la oposición venezolana no tiene vuelta atrás. Su tozudez los ha llevado a cavar su propia tumba y su desfachatez y caradurismo se puso de manifiesto una vez más en República Dominicana, con su careta de carnaval representada por su pitiyanki más exacerbado, Julio Borges, quien se babeo al recibir una llamada telefónica con órdenes desde Bogotá de Tillerson, el propio secretario Estado norteamericano y ex presidente de la trasnacional Exxon,
El asunto es que la oposición liderada por Borges en la Mesa de Diálogo en República Dominicana, salió nuevamente con las tablas en la cabeza y no precisamente las de la MUD, donde tampoco lo tragan.
Es vergonzoso el show puesto en escena por estos carnestolendos líderes de la oposición en la mesa de diálogo. Ante los negociadores internacionales y la prensa del mundo "pusieron la cagada" y ahora regresan con su cara bien lavada a recoger los platos rotos, mientras ya muchos candidatos entraron en la disputa por la candidatura presidencial de la oposición.
El gurú de AD Ramos Allup habla de un candidato de consenso, otros hablan de primarias y María Corina Machado lo califica de una farsa, mientras busca en el baúl de los recuerdos la máscara de carnaval que se puso en la Casa Blanca, cuando visitó a George Bush y le mostró sus rodillas.
La mesa está servida. El candidato del chavismo es Nicolás Maduro Moros y ya recorre el país en su pre campaña. Por su parte, las aves de rapiña de la desaparecida MUD, jalan bolas y suplican al Pelucón que comience cuanto antes a repartir sus Clap de cerveza y harina Pan e inicie su campaña electoral.
Mientras esto ocurre, otros más atrevidos esperan que los precios toquen techo para que el pueblo venezolano arrecho y golpeado por el robo descarado de los especuladores y ladrones de cuello blanco, con los productos alimenticios y medicamentos, le pase factura al gobierno con su voto.
Ya no hay vuelta atrás. La oposición se quitó la careta y se adelantó al Carnaval para deshojar la margarita y buscar un candidato que pueda dar la cara y volver al poder para copiar la cartilla neoliberal inspirada en Macri y en Temer y aplicarla a la República Bolivariana de Venezuela; la cual jamás de los jamases volverá al pasado, así la oposición con CJ siga creyendo que sólo se adelantó al Carnaval.
¡Amanecerá y veremos!