Capitalistas salvajes lucen en supermercados aparadores completos con papel higiénico de aspereza salvaje, a 165 mil o 165 Bs. SOBERANOS cada rollo. Andan enrrollados en su voluntad explotadora sin poder desesperar al pueblo sino en forma temporal, “mientras me llega el bono”, respuesta mayoritaria de una población hábil, aguantadora, y que abrió los ojos para verle las “agallas” desmedidas a los sinvergüenzas de la empresa privada, que reducen la producción, encarecen la vida diaria en busca de expulsar la revolución bolivariana chavista del corazón del pueblo, e intentan con desfachatez criminal rendirnos por hambre o estableciendo carencias de todo tipo.
Cierto que murmuradores de calle atareados y muchas veces pagados, encuentran camino fértil en la hiperinflación provocada, para culpabilizar a Nicolás Maduro. Claro está igualmente, que si algo se le puede reclamar al Presidente es que él, su gabinete y los líderes rojo rojitos, a veces en medio de importantes inauguraciones, concesión de viviendas, anuncios sobre fuentes de múltiples empleos, siembras industriales o de la tierra de gracia que nos cobija, son descuidados en dar respuestas urgentes a la desesperación masiva inducida, que le sirve a la delincuencia organizada que encabeza la descocada y descolocada dirigencia opositora, ahora agrupada en el FAVL, Frente Amplio Venezuela Libre ya hecho Fracaso Ampliado de Venezolanos Libertinos, por su escasísimo poder de convocatoria y el derroche de vagabunderías en el exterior.
En definitiva, el pueblo no soporta y menos le da apoyo a la mala fe de quienes se dicen “salvadores”,”dolarizadores”, “demócratas eficientes”, y cuentan con el concierto internacional del capitalismo. Conocemos sus modales y modelos, su desprecio por el pueblo llano, y especialmente su “criminal mind”, mente criminal de quienes están dispuestos a vender su patria con tal de endeudarla de nuevo ante organismos internacionales, los de la “deuda eterna” capitalista homicida que nos robó el petróleo y la soberanía patria, en nombre de la democracia representativa pitiyanqui y disimulócrata, que con dos palabras la frena el colectivo mayoritario mediante elecciones. NO VOLVERAN.
