Pasan de partidarios de una invasión a su país natal, a desnacionalizadores de la moneda patria, que ha identificado por más de un siglo nuestro signo monetario. La palabra bolívar desaparecería con el fin de engordar bolsillos y aumentar pertenencias a quienes odian el antiimperialismo bolivariano libertador y liberador.
Venezuela, orgullosa de sus héroes y su pasado histórico, con la oposición actual en el poder, sería una especie de estado libre asociado, endeudados con el quebrado dólar, logrando el objetivo de embargar nuestras riquezas, y salvar parte de la desastrosa economía de EE UU.
Lo conocen asesores negociantes, pero no se lo explican ni a la farsa electoral de Henry Falsón, ni al Pastor Javier Bertucci, a quien se le saltan los diezmogloboculares, cuando declara "hablé con los americanos" (dejándonos la duda si él nació en América), y agrega que "ellos van a reorganizar la economía".
Hay dudas entre los aprovechadores, apoyar la farsa dolarizadora de Henry el Falsón, o anotarse en "la palabra" del hermano Javier, cegado por bañitos de popularidad a gritos de "púyalo", por los que asisten a sus concentraciones electorales.
Este "dúo dinámico" de circunstancias electorales sabrá por ejemplo esto, "el principal enemigo de EE UU no es Rusia ni China, sino su deuda, afirma el ex ministro de Exteriores de Dinamarca, Joergen Oerstroem Moelle. EE UU podría recurrir a la reestructuración de su deuda, con ayuda de China y Japón, tomando en cuenta que le deben a esas dos naciones en bonos del tesoro estadounidense 1,2 billones de dólares.
No tengo dudas que en sus declaraciones parecen los cómicos aztecas Viruta y Capulina. Henry lanzando billetes de cien bolívares a los asistentes a sus concentraciones, ya en el oriente les lanzó sardinas desde una lancha, en otro lugar brincaba desaforado recordando a Carlos Andrés. Bertucci anunciando que una parte del COPEI social cristiano, se unió a su candidatura evangélica. Ambos figurines, en campañas incoherentes y desbaratadas.