A dos semanas para las elecciones del 20 de Mayo 2018, los días 5 y 6 se popularizó por toda Venezuela un mensaje en las redes sociales: Youtube, Instagram, Facebook, Whatsapp y otros, un correo esclarecedor que les duele a los opositores, esencialmente a los ultra disociados de cualquier edad y amargura personal. Respuesta del colectivo revolucionario particularmente enraizado en nuestros sectores populares, a la criminal actitud de los propiciadores de la hiperinflación enloquecida, provocada con bastardas intenciones políticas en campaña electoral.
El mensaje fue ¡¡¡Atención escuálidos, lo que aumentó el Presidente Nicolás Maduro fue el salario, no la comida!!!, la comida te la aumentan diariamente Lorenzo Mendoza con sus Empresas Polar, Fedecámaras y Consecomercio, es decir tus amigos empresarios bachaqueros corporativos, por lo general desde urbanizaciones donde viven dueños de comercios, empresas, negocios, industrias, cadenas de supermercados, y ex funcionarios de la adecopeyanquicracia corrupta, promotores de numerosas fruterías en cualquier lado, incluyendo dueños de transportes privados en paro.
Contrabandean, esconden productos, encarecen todo, desesperados mortificándole el día a día al colectivo, inventan barbaridades a difundir cual verdades porque no pueden derrotar el voto bolivariano sencillo, humilde, luchador, socialista antiimperialista. La población mayoritariamente confía en el Presidente Maduro, quien advirtió "He dado orden al Vicepresidente Tareck El Aissami, para citar a los responsables de la red de supermercados y abastos, y les dé un ultimátum, porque si siguen aumentando precios a lo loco al pueblo, voy a hacer justicia".
Earle Herrera maestro en prensa de opinión, anota que un líder contrarrevolucionario aseguró "este año morirán 3 millones de personas por falta de medicinas…", otro hablador brutazo, -así lo califica el Diputado Earle-, pronosticó huida de 10 millones este año. O sea que entre migrantes y muertos casi la mitad de Venezuela. Si se mantiene esa enloquecida estadística proyectada alegremente por el declarante opositor, el país quedará desierto en 2019, tan desierto como los cerebros de esos dirigentes opositores.