Parodiando la canción "P´a Maracaibo me voy", aunque muy lejos de la intención de esa melodía tradicional popular venezolana, sirva esta opinión para que los engañados y sus engañadores, tengan diferente punto de vista al de los interesados en aprovecharse estratégicamente del desasosiego nacional sembrado, provocado, aplaudido, bendecido y utilizado, como arma argumentativa de oposición en campaña electoral, induciendo a jóvenes y no tan jóvenes a abandonar su patria.
Transcribo textualmente esta información que medios de la derecha hegemónica venezolana e internacional ocultan. Un nuevo estudio revela que el Ejército colombiano mató entre 2002 y 2010 muchas más personas de lo que se creía en los "falsos positivos" para trucar estadísticas y justificar la ayuda militar estadounidense.
Humildes campesinos eran contratados por allegados al ejército colombiano para trabajar en fincas propiedad de ricos, esencialmente en terrenos fronterizos con Venezuela, la paga era muy buena. Al final resultaban asesinados, calificándolos de rebeldes de las FARC y el ELN, con el objetivo de mejorar las estadísticas en la guerra contra insurgentes izquierdistas, y cobrar recompensas. Así son las "conciencias" de quienes combaten el socialismo bolivariano venezolano, trogloidiotas capaces de vender su alma al diablo en nombre de la mal llamada "democracia representativa", tan promocionada por el asqueroso capitalismo salvaje.
Al respecto llama la atención el insulto que a sus hermanos evangélicos les hizo el aspirante presidencial Bertucci, quien está filmado cuando negó que existan Pastores que apoyen al candidato Nicolás Maduro. Bertucci tildó a esos ciudadanos de "pastores alemanes", es decir los llamó "perros". Un individuo que emocionado promete darle la administración de Venezuela a "ellos, porque ya hablé con los americanos…", dixit. La derecha tiene en Bertucci un nuevo "candidatazo" al estilo de Manuel Rosales y Capriles Radonsky.
