Desde que Monseñor José Palmar, en Coro Estado Falcón, le hizo coro a la oposición gritando públicamente "viva el cáncer", contento por la muerte del Comandante Chávez, los desvaríos ideológicos de la jefatura eclesiástica venezolana no se habían atrevido a ser tan directos, para dar ánimo a la homicida labor de cierta ultra derecha maltrecha contrarrevolucionaria y pro imperialista. Elaboro este comentario al amanecer del 8 de Enero 2019, al enterarme que se soltaron el moño, o mejor digo "la tonsura", obispos de la CEV, revelando su abandono a la grey católica nacional soberana, que en mayoría elocuente (entre ellos me cuento), acompañamos la revolución bolivariana.
Lo hacen coincidiendo en época de sismos, con ensotanados politiqueros de 1812, que luego del terremoto del Jueves Santo hace 207 años, pretendieron echarle la culpa de la calamidad natural a la Junta Patriótica, catalogando "castigo del cielo" el movimiento telúrico sentido en gran parte de la Capitanía General, dependiente del imperio conquistador. Buscaban aterrorizar la masa católica, para que siguiese el poder colonizador europeo, y sus acólitos criollos. Un parangón histórico permite observar al cura que refugiado en su hábito en 1812, hizo expresiones politiqueras absurdas similares a las de Monseñor "Aguaje" en la Conferencia Episcopal 2019. Analice injerencia indebida de su verbo relancino, muy lejos de la humildad y el trato de igualdad social, predicado por Jesucristo y que está en La Biblia.
Simón Bolívar predijo y Simón Rodríguez escribió, acerca del peligro tenebroso en Ministros de la Iglesia, que desprecian la pobreza y se aprovechan de la fe, uniéndose en la actualidad a la violencia fascista y acompañándolos con figuras marianas exhibidas por saboteadores de la vida normal de venezolanas y venezolanos. No han perdido los beneficios seculares que reciben de cada gobierno, pero sus alegatos politiqueros alejan la feligresía sin dar respaldo a los conceptos respetuosos hacia Nuestro Señor Jesucristo, emitidos al mundo por el primer latinoamericano Sumo Pontífice, el argentino Francisco, quien se negó a ser Francisco Primero, y se le conoce para la historia, simplemente como Papa Francisco.