La oposición requiere un liderazgo para salir del atolladero político, que ellos por su inmadurez han venido cavando durante un largo periodo de 20 años, de gobierno chavista.
Ante el panorama conocido por todos, buscar un líder bajo los mismos métodos, en el tránsito de este periplo político, sólo puede terminar en un Chacumbele. Al ver a Juan, sentimos preocupación ante la similitud de vida de estos dos personajes.
Especulo, que, cuando los ultristas de la oposición decidieron buscar una cabeza de playa, dijeron "busquemos un Chacumbele".
La salida, de la oposición, es buscar un apalancamiento, que en un golpe de suerte, los saque del fango. Dentro de su minusvalía política han pensado o se han envuelto en el mundo mágico de la OEA, Bosanaro, los marines, Duque y ahora en un Chacumbele; en nuestro caso el buen GUAIDO. Tenía que ser un hombre de buena fe, para poder engatusarlo, GUAIDO.
La oposición colocó en su fórmula del desespero e inmadurez, como carne de cañón, a éste buen ingeniero, en él buscan propósitos inconfesables, buscan una gota que rebose, que desborde el vaso; toda una macabra jugada política
Esperaran que un pueblo que cree en la magia y la santería, se enamore de su ídolo. La oposición conocedora de la existencia de un musculo del estado ineficiente y corrupto, vieron y ven en el ingeniero, un potencial falso positivo, la gota faltante, para crear un doloroso desangre político, es su gran objetivo político, tal como lo fue Chacumbele, ante un mundo consumista que nacía.
En medio de este nuevo Chacumbele, representando la oposición y un gobierno paradigmático y desdibujado, marcha un pueblo perplejo, ya paranoico ante tanto dolor.
El pueblo chavista y el pueblo opositor no sabe cuál es la salida, esperan que un brujo, o un rezo les produzca un milagro, no importa de donde venga, pero que esta vaina cambie. Ambas dirigencias, irresponsablemente esperan que se prenda el chispero y medirse como bravucones de barrio.
Si no se llega a la sindéresis y la tozuda pesadez del gobierno persiste o la torcida idea de la dirigencia opositora subsiste, se dará el sacrificio de GUAIDO y de miles de venezolanos.
Si la oposición inteligente, no domina este camino y si GUAIDO no se da cuenta, de los fines oscuros de una cuerda de paranoicos que le rodean, puede suceder dos cosas, su sacrificio o volver a caer el teatro de lo absurdo a que nos ha acostumbrado la dirigencia opositora.
Si GUAIDO no se monta en un momento histórico, que le da la oportunidad de ser un estadista, será entonces, igual que Chacumbele, un malabarista más que nos distrajo un rato de nuestro duro dolor y que encontró espectadores, que confunden la realidad con la fantasía.
La dirigencia opositora, ha venido siendo en estos 20 años, distractores políticos, en donde no sólo ocultan sus falencias, sino que dan circo, para tapar la mala gestión chavista y alimentar la lógica común de sus seguidores, ya muchas viejas y viejos paranoicos, beatos de iglesias y cafetín, hablan de una luz al final del túnel y, los otros alardean de su capacidad de guerra, a ambos el desespero no les permite utilizar el coco.
Lo siento por Guaido, un muchacho lleno de pasión libertadora, creedor de una sociedad distinta, salvado igual que José Ramón del deslave de Vargas, subido milagrosamente a una alta investidura política, la oposición busca sacrificarlo, de manera de que cuando se produzca la caída de esa cuerda floja, en donde tempestea contra el viento, el único aplastado, producto de su caída, será un pueblo, siempre dolido y, lleno en ambos bandos, de magia y falsas expectativas.
Lo lamentable de esta triste tragedia sobrevenida, es, que al igual que CHACUMBELE, el buen Guaido, confía y cree en una oscura mente retorcida y paranoica que le rodea y sin poder ver, mira un pueblo desesperado que se ahoga y que al igual que el, se debate en medio de dos ladrones.
Ojala su capacidad y su formación en el ingenio, le de luces; la salida, la salida es política, no la magia, ni el desespero.