Soy demócrata, pero firmo el decreto de disolución de los poderes públicos constituidos, avalo un golpe de Estado y acompaño al dictador que usurpa el gobierno.
Soy demócrata, pero financio, promuevo y protejo el saboteo petrolero.
Soy demócrata y participo en las elecciones de Gobernador, y como gano, reconozco al árbitro electoral con todo y captahuellas.
Soy demócrata, pero a pocas horas de las elecciones parlamentarias ordeno a la fracción política que dirijo y a los aspirantes a diputados de toda la oposición que abandonen el proceso electoral y retiren sus candidaturas, en perfecta obediencia a las directrices internacionales.
Soy demócrata, pero valiéndome de mi posición de Gobernador presiono a los grupos opositores para que me escojan como candidato presidencial.
Soy demócrata, pero considero parásitos a la mayoría de los venezolanos de los que ni siquiera sé en quien creen, yo los llamo chavecistas.
Soy demócrata y mis amigos son los golpistas, guarimberos, disociados y parásitos del Estado cuartorepublicano desempleados.
Soy demócrata y participo en la contienda electoral por la Presidencia de la República siempre que me garanticen que cuando pierda puedo regresar a la Gobernación del Zulia.
Soy demócrata, pero no creo en las mediciones de opinión de ninguna encuestadora porque todas dicen que pierdo las elecciones por más de veinte puntos de diferencia.
Soy demócrata, pero exijo que eliminen las captahuellas aunque digo que no afectan para nada el proceso electoral, porque necesito que aparezcan los muertos que votan y los adecos y copeyanos multivotantes.
Soy demócrata, pero como estoy seguro que perderé las elecciones gritaré fraude, porque tengo como meta “cobrar” y como no tengo votos propongo “cobrar como sea”.