Juro por lo más sagrado, que he oído muchas veces a Cesar Miguel Rondón quejarse (muy preocupado aparentemente) por los altos niveles de criminalidad en Venezuela. Juro por un poco más allá de lo sagrado, que he leído opiniones de este ilustre académico venezolano, que se ha vuelto una de las pocas voces "autorizadas" en Venezuela sobre la violencia, en la cual nos ha dicho, que el país va a la cabeza de los más violentos del mundo. Este ilustre académico, cuyo nombre es Roberto Briceño, no muestra datos para entender mejor, cómo es que Venezuela es más violenta (por ejemplo) que México. Sólo dice, "muy académicamente", lo que le interesa.
La "angustia" de estos tipos es muy falsa y esto no quiere decir, que en Venezuela la violencia no sea un problema. Esta manera de ser, resume cómo se asume la forma de hacer política en este país. La mentira, la manipulación y la inconsistencia de los políticos y expertos son sus insumos básicos y por supuesto, esto no es culpa de estos políticos. La culpa es más bien de los clientes de esta forma de vivir la política.
Hay se ve en la superficie, una gran preocupación por la violencia y esos mismos "preocupados" juegan muy duro a la violencia, como una palanca para acercarse a sus objetivos.
Ya es más menos público pero no muy notorio, la gran carga de violencia criminal que bajó Guaidó a los seguidores de la oposición. Guaidó dijo muy libre y "democráticamente", que la perdida de vidas humanas que podían presentarse el 23-F y después, debían verse como una inversión y no un costo. No dijo Guaidó nada nuevo. Simplemente nos recordó el guión que desde el 2000 viene intentándose imponer. La muerte pensada con premeditación y alevosía, como recurso o insumo para la actividad política.
Ninguno de estos expertos y muchos menos las ONGs de derechos humanos que se quejan por todo, hacen un hermético silencio. Se muestran muy en su ambiente frente a esta gran carga de violencia criminal. Ninguno de estas ONGs encopetadas y muchos menos estos "expertos" en estudio y análisis de la violencia han ofrecido una explicación y no han denunciado a este criminal en potencia. No l hacen porque los derechos humanos son un parapeto para imponer su forma de vida violenta y sacarle ganancia en dólares a esta "lucha".
Por supuesto que generalizo, cuando digo que la sociedad venezolana huele mal y además está muy enferma. No es una manera de decir, es simplemente entender, que lo que así piensan y actúan, se creen que son los únicos miembros de esta sociedad y tienen el propósito de imponer su forma de lucha política.