¡Qué pena!, el señor Juan Guaidó, se burla del gobierno nacional de manera descarada en las narices mismas del TSJ, el Fiscal, el Contralor y la flamante Asamblea Nacional Constituyente; así como en la mismísima cara de los Guardias Nacionales y la Policía Nacional. El autoproclamado está jugando con todos los organismos del Estado venezolano, y, por arte de magia, desde el exterior se está construyendo un súper héroe nacido de la nada. ¿Por culpa de quién? Por culpa de quienes piensan, desde el gobierno, que hay que aplicar el método que aplicó Hugo Chávez contra los militares de la plaza Altamira.
¿No piensan estos señores, amantes del método Chávez, que estamos en otra época? Aquellos militares, generales casi todos, no tenían de su parte ni siquiera a sus familiares. La dirigencia de la oposición de aquella época, los veía desde lejitos, sin opinar, hasta que se los llevó el viento. Hoy es diferente. Quien está en la Casa Blanca es un loco, rodeado de criminales que no les importa nada. Y ese loco ha tomado, sin pedir permiso, la dirección de la derecha venezolana. Pero, además. Ese racista cuenta con el apoyo de unos gobiernos zánganos, nucleados en lo que se llama el grupo de Lima, que responden perfectamente a los dictámenes del señor Donald Trump.
"Regresaré en el transcurso de esta semana", amenaza el señorito autoproclamado, desde tierra colombiana, después de haber recibido honores de jefe de Estado en Colombia. Y nuestro presidente dice: "Si regresa actuara la justicia". ¿De qué manera va actuar? Porque no actuó antes. ¿Con declaraciones destempladas sobre lo que están estudiando e investigando? Carajo, en un dos por tres le quitaron la inmunidad a María Corina Machado, por menos de lo que ha hecho este señor. Juan Guaidó ha hecho lo que le ha dado la gana dentro del territorio nacional. Encabezó una caravana hacia la frontera, y llegó como si nada. Nadie le impidió su intención. Y, como si fuera poco, a las horas estaba al otro lado de la frontera, riéndose de su proeza y de Maduro, nuestro presidente.
Pero las burlas y ofensas no se quedan allí. Todo el mundo ha observado como el presidente Iván Duque se burla y ofende al gobierno que preside Nicolás Maduro. Acoge en su seno a todo el nido de traidores, y, no conforme con eso, aúpa a todos los gobierno de Latinoamérica para que se unan a la jauría del grupo de Lima para acabar, de la manera que sea, con Maduro y lo que representa no sólo para Venezuela, sino para América Latina y el Caribe. Que "estamos ganando", "el golpe fue derrotado", la PN derrotó al imperio", miren eso no se lo cree ni Mandrake, el mago. Puro gamelote. Ustedes, verán: cuando menos lo esperemos, estará en la plaza Altamira, el señor Guaidó hablando pendejadas, y los organismo s del Estado mirando para un lado, como pajarito en rama. ¡Carajo!, es bueno ser pendejo, pero no tanto… Se dice que a la yerba mala hay que cortarla de raíz, antes de que crezca y haga daño… Pero el gobierno piensa otra cosa… Talvez, tenga sus razones.