No puedo entender la postura de los que piden a sus seguidores que le hagan trampa al sistema automatizado de votación. Esto lo único que querría decir (y corrobora) es que como el sistema es infalible y, de hecho, ha funcionado perfectamente en las auditorías y chequeos previos que se le han efectuado, entonces los que siempre hicieron trampa, están incitando a algunos de sus seguidores para que le hagan trampa al sistema, como cuando les piden que se lleven de cualquier manera los papeles que deben ir a las cajas, para que en el caso de salir sorteadas, no contengan la misma cantidad de votos que las que indiquen las máquinas. Y con una acción semejante, pretender demostrar que el conteo automático “no es confiable”.
En los países con voto automatizado, pero que a su vez cuentan con dirigentes de organizaciones políticas que actúan responsablemente y con un mínimo de decencia, apenas se revisa entre el tres y el cinco por ciento del número de máquinas de votación. En nuestro país, gracias a esas conductas irresponsables de personajes que han chequeado una y otra vez el sistema de votación completo y saben que el margen de error nunca ha sobrepasado el 2 %, se van a auditar más de la mitad de las mesas (54,3 %) , para complacerlos. Pero para colmo, en contraprestación de actitudes, esos personajes andan invitando a sus seguidores a que ellos hagan la trampa y a que violenten las disposiciones del Consejo Nacional Electoral, en el sentido de exigir, hasta por la fuerza, que se revisen todas las cajas.
Y todo eso a pesar de que con ese sistema, el propio Manuel Rosales ganó la gobernación del Zulia y Morel Rodríguez la de Nueva Esparta, y los dirigentes de oposición Leopoldo López y Capriles Radonsky ganaron las Alcaldías de Chacao y Baruta, respectivamente. Creo que no debería existir la más mínima contemplación ni complacencia, de presentarse cualquiera de estos dos casos. Los componentes del Plan república tendrán que proceder con rapidez y contundencia para que ninguna situación irregular se desborde.
Si los votantes se consideran (nos consideramos) gente honesta, son (somos) venezolanos correctos y ciudadanos de buena conducta, yo lo menos que esperaría es que le hagan (le hagamos) el juego a oscuros personajes, quienes al parecer, lo que desean desesperadamente es crear perturbaciones al momento de hacerse la comprobación manual de la votación, mediante el conteo de las papeletas.
Me pregunto: ¿Qué clase de ciudadanos puede aceptar una invitación para hacerle una trampa a su país y vayan de buena gana a hacerse cómplices de una tarea tan irresponsable e infeliz como esa ? A esos ¿Cómo los llamamos?