Arteaga tránsfuga profesional

Sin duda alguna el diputado que mejor se ha manejado en el episodio de la directiva paralela de La Asamblea Nacional ha sido Richard Arteaga, nadie lo nombra, se mueve como las culebras a escondidas y por debajo. Arrancó su carrera política como miembro de Acción Democrática ejerciendo el cargo de secretario general del sindicato de trabajadores en El Puerto de Guanta. Luego inicio una lucha para convertirse en alcalde de Barcelona, no llegó ni a candidato, la falta de carisma le impidió alcanzar ese objetivo. Encontró mejores perspectivas en Primero Justicia y aprovechando que estaba de moda la incorporación de abogados se inscribió en la organización de Julio Borges, allí insistió en esa candidatura de alcalde de Barcelona, pero en una primaria de La Unidad, no vio luz. Posteriormente cuando empezaron los comentarios de la salida de Carlos Andrés Michelangeli de AD para participar en Primero Justicia, hizo sus maletas y se fue a Voluntad Popular, ya que Michelangeli había sido el eterno rival de Arteaga en sus aspiraciones municipales. Claro utilizó muy bien su voto de parlamentario, resultando ser el mejor alumno del ejecutor de la operación Alacrán, casi se olvidan de su existencia y no es cuestión de ser directivo, porque Brito no forma parte de la nueva directiva parlamentaria razón que no le impide estar siempre en primera plana.

Este diputado consciente ya del final de sus días como político, puesto que su gestión había sido completamente nula. No lo pensó dos veces cuando su protector le pidió formara parte de la estrategia gubernamental para dividir la oposición. Ya no visitaba a nadie, no le resolvía problemas a los ciudadanos, tampoco contestaba el teléfono, Se alejó de las panaderías populares en donde tomaba café y compartía con los habitantes de Barcelona, hasta los vidrios oscuros de la recién comprada camioneta blindada lo separaron de la realidad. Pero en esa trama de traidores se condujo muy bien, la primera declaración fue de solidaridad con Guaidó, intentando desligarse de la fracción Clap. Mantuvo un perfil bajo a pesar de las pruebas en su contra, aparentando ser inocente. En la actualidad busca a honorables voceros de la oposición como el ex gobernador Ovidio González, tratando de invitarlos a conversar para justificar sus actos. Afortunadamente por más dólares que tenga, nadie se sienta con él, una foto a su lado sería tan mortal para un dirigente como la infección del coronavirus.

Por los momentos Arteaga perdió alguna oportunidad de ser el próximo alcalde de Barcelona, seguramente su manejador político lo seguirá utilizando en esa onda de fraccionar los votos opositores con candidaturas paralelas llenas de inmensos recursos financieros, basta saber si el gobierno apostará a una figura desgastada cuando cualquier ciudadano tiene suficiente capacidad de análisis para saber quien los engaña. Desde ya todo su equipo lo abandonó, no tiene valor para ir al barrio Portugal, en donde creció. Sabe que el acto realizado en Barcelona con personas disfrazadas con franelas de Primero Justicia, estuvo integrado por miembros de las comunas y esos a la hora de votar conforman el voto duro del chavismo.



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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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