Da tristeza ver al supuesto líder político opositor (el autoproclamado presidente "usurpador") aplastado por el peso del espíritu de la pesadez. Su tendencia a la siniestralidad pasará a la historia como uno de los mayores fracasos en la política contemporánea del país. Allí se ve su patética sombra, bajo los reflectores de la realidad, que exponen su famélica imagen colmado de la más absoluta soledad. Hablando solo, con los ojos perdidos frente a unos aparatos inertes (en permanente modo Live) que él confunde con la realpolitik. Está hablándole a una masa ausente, a un espejismo de muchedumbre que hace rato le dio la espalda. Habla escondido y a buen resguardo porque sabe el repudio que su presencia genera entre el pueblo humilde; y escucha cada vez más cercano el sonido de la justicia que viene presta a pedirle cuentas. La cárcel y el ostracismo es el destino de todos los apátridas y traidores.
Guaidó nos recuerda el estado de degradación y pauperización acelerada que sufrió Capriles Radonski. De candidato presidencial y líder único de la oposición, pasó directo al olvido, seco y amargado, luego de sus múltiples derrotas electorales. Su carrera política sufrió un cataclismo fatal, ahora absolutamente nadie le presta atención. Cometió los mismos errores que ahora comete el torpe Guaidó, que destaca por su falta de carisma, talento o probidad alguna. En un año dilapidó su capital político, rodando fatalmente con todo tipo de acciones fascistoides y antidemocráticas. Desde intentos de magnicidios hasta burdos golpes militares. Todos coronados con el más rotundo fracaso. Su efímera carrera política está marcada por la derrota y la vergüenza.
El único aire que aún tiene Guaidó se lo da su amo Trump, ante el cual se arrodilló para subordinar toda la soberanía nacional y nuestra integridad territorial. Sus irresponsables acciones han puesto en grave peligro la paz y la estabilidad de la Nación. Sin embargo, su falta de peso político y sus errores han terminado de cansar al inescrupuloso imperio norteamericano que ha avanzado en solitario con su agenda de acoso y agresión contra el país.
Está claro que al insulso Guaidó lo colma la carencia total de liderazgo (ni el marketing mediático lo ayuda). No manda ni en su casa, ni entre los partidos de la maltrecha MUD y sus despojos periféricos. Mucho menos entre los alicaídos partidarios de la oposición. No tiene capacidad de convocatoria y entró en un tóxico y enfermizo círculo vicioso, que ha alejado a los pocos demócratas que lo apoyaban: su frenética y suicida obsesión de querer asaltar Miraflores por vías violentas. Sus asesores le han explicado muy bien que por la vía de los votos jamás lo logrará. Por eso su reincidente obsesión por el golpismo.
Para rematar, el pueblo venezolano está en primera fila viendo estupefacta como facciones políticas encabezadas por rastreros elementos de Voluntad Popular y Primero Justicia están ejecutando un criminal y delictivo saqueo de empresas, cuentas, y recursos que pertenecen a la Nación. Todo para su exclusivo beneficio (Cucutazo, Monómeros, CITGO, etc.). Afortunadamente, siempre quedará constancia de sus acciones y se demostrará en su momento el saqueo perpetrado por estos rapiñeros apátridas que deberán pagar con cárcel sus actos delictivos.
Aquí resaltan las personalísimas gestiones hechas por Julio Borges para lograr el bloqueo financiero del país. Este abominable personaje es el máximo responsable de las medidas unilaterales y criminales del Departamento de Estado para bloquear las cuentas del país. Las perversas sanciones unilaterales cobran máxima gravedad en medio de la pandemia del Covid-19, ya que al gobierno venezolano se le impide hacer operaciones financieras para la compra de medicamentos y alimentos.
Son totalmente falsas las supuestas exenciones del Departamento del Tesoro, pues los bancos corresponsales ante el temor de sanciones, se niegan a recibir recursos y hacer operaciones en nombre del Estado venezolano. Absolutamente todos los bancos corresponsales de América y Europa han sido coaccionados y amenazados para que no nos presten servicios de apertura y mantenimiento de cuentas (depósitos) o transferencias entre bancos (Swift), medios de pago necesarios para honrar los compromisos con proveedores en cualquier parte del mundo. Repito, todos han sido coaccionados para el cierre de las cuentas y la suspensión de los servicios de corresponsalía.
Lo correcto, cuando algún día Estados Unidos recupere la mesura, la legalidad, el respeto internacional y diplomático, es que se eliminen las sanciones y Venezuela pueda libremente realizar sus operaciones comerciales y financieras sin ningún tipo de limitaciones. Incluyendo que sean liberados los recursos que se mantienen bloqueados ilegalmente en cuentas de Estados Unidos (como el Citibank) y de Europa (Euroclear Bank), los cuales pertenecen a la Nación (BCV, Fonden, PDVSA) y que nos permitirían hacerle frente a la pandemia con una mayor capacidad operativa, cubriendo las necesidades de importación de alimentos, combustible, equipamiento médico y medicinas que requiere nuestro pueblo.
En el banquillo del juicio de la historia estarán sentados de primero Julio Borges y Guaidó, máximos responsables de esta calamitosa desventura que atraviesa la patria. Se hará justicia.