Crítica ácida

Las guaidonadas insulsas de un autodesquiciado

Palabras más palabras menos, las estupideces que para llamar la atención expresa cual constancia de su escaso criterio un venido a menos cualquiera, ungido con lástima y comprobada su estrecha capacidad mental, son testimonios de ese venezolano de mala rodeado de ladrones politiqueros, y refugiado en una cueva de alacranes que a su personalidad mitómana le saca provecho de influencia oportunista, amén de billetes para negocios turbios.

Juanito "Alimaña" Guaidó manifestó en la prensa española "puedo decir con toda responsabilidad, que no fue del todo malo lo que nos pasó, porque la dictadura luego fue castigada por la pandemia y si nosotros hubiéramos tomado el poder nos hubiéramos visto en una situación muy golpeada con inconvenientes de salud graves, por los desastres que nos estaban dejando los cubanos en el terreno de la medicina".

A este bocafloja capicúa de la ignorancia al abrir la boca y meter las extremidades inferiores, se le ocurre pensar que la pandemia mundial castiga a Cuba y Venezuela, pero no a los EE UU de acuerdo a su esclarecido pensamiento político, sin tomar en cuenta que su amado USA es prácticamente inalcanzable en la desgracia del total de contagiados de coronavirus y el número uno en fallecidos. Por los rebrotes más sonados del Covid 19 en Europa en particular al abrir la economía sin dar crédito a las advertencias de la Organización Mundial de la Salud, echan al cesto de los desperdicios las mascarillas y el distanciamiento personal.

Juancito, que no pasó de lidercito no se salva en su galopante desprestigio, ni que el imperialista mayor de turno, el orate magnate Trump lo acune y coloque sobre una alfombrita cercana, para patearle la cola y darle con un periódico por el hocico, cada vez que se rasque las garrapatas. A ese autoproclamado de la nada lo apoyan solo despechados anticomunistas ignorantes que, si les hablan de la medicina cubana como ejemplo mundial, argumentan que es "tapa amarilla".

Idénticos a Juanito, abren la boca estupefactos el enterarse que, en el primer quinquenio de los años 80 del siglo XX, científicos cubanos crearon una vacuna contra la meningitis, que ayudó a los brasileros a controlar un brote de la enfermedad, e igualmente a países africanos. El silencio de lo que es Cuba y las mentiras acerca de su vida política, están pasando al olvido, no las usan como estrategia de derecha en este siglo XXI de socialismo combatiente.

Por mucha guaidonada en serie que hagan aparecer por arte de birlibirloque, los oposicionistas venidos de Logroño, no han podido sembrar ni un retoño, su torpeza es rechazada según encuestas mundiales, de cada cinco habitantes, solo los apoya uno, y los dos restantes son ni nis, es decir, observan y esperan las consultas comiciales, para decidir lo que más convenga a su libre albedrío y la soberanía patria.

El auto juramentado que en su historia política se le conocieron primero las posaderas en una protesta, que las intervenciones disléxicas y estupidizantes a posteriori, no termina de caer porque le conviene al chavismo mantenerlo en público y presenciar el "arrastre" de sus barrabasadas, exhibiéndose cual espécimen descontrolado, a quien le quedó grande la escogencia, la peor de los imperialistas, que también van de mal a pésimos, en un capitalismo brutal en lo que va del siglo XXI, como nunca antes.

Si Juaniquillo baila el bembé de estulticias afirmando que los cubanos dejan en Venezuela una situación médica despedazada, es que en su vidiotización elevada al colmo, ha guardado la fortuna suficiente robada a Venezuela. Nos salvamos del capitalismo bestial y personajes como Juan G. con J de Jeanine Añez, la boliviana presidenta de barbaries en el altiplano andino, la i de Piñera, con p de pedigüeñería, que ordenó al virus Covid 19 en su condición de Presidente, "salir de Chile".



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Luis Sánchez Ibarra


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