El restaurant de David De Lima

En vez de colocarle el nombre de Puerto de Palos tenía que honrar a las insignes damas por haber vivido muchas experiencias con la misma persona que el destino las unió. Claudia y Soraya debió ser el nombre de un nuevo centro gastronómico de la zona, pues bastante se ganaron ese honor. Vivieron y se lo encontraron en tiempos distinto.

La segunda (Soraya) lo tuvo cuando el poder lo premiaba, ella por su parte le prolongó la existencia, le evito la pena y vergüenza por la que pasó Cantinflas, cuando un viejo compañero de trabajo le dijo en su propia cara. No me superaras, por más éxitos que tengas, pues nunca podrás tener hijos. Uno supone que solamente esa condición le proporciona la mitad de las acciones del negocio.

La otra, (Claudia) claro que tiene sus meritos, el hecho de haberlo recogido en medio de esa aparente indigencia y haberle dado alojamiento y comida, indudablemente que le corresponde el otro 50%. El lavado y planchado lo hacia el mismo los domingos, ese día no aceptaba invitación, ya que estaba en esas labores, además era la única muda de ropa con la cual pasaba toda la semana, era así para que la pobreza se viera real.

La que si debe estar molesta en Rio de Janeiro, es la brasileña, ella también le dedicó bastantes noches de amor, supongo que se hubiese conformado al menos con el terreno del estacionamiento. Seguro la acomodará, mínimo un Club Nocturno en Brasil donde De Lima vaya a vacacionar. Porque, eso sí, no se puede negar que con las mujeres es mano suelta, aquí le ofreció pagar la cirugía a más de una.

Después que creó tantas expectativas y de haberle llegado los adornos de Egipto, no podía retardar más la inauguración, aunque personalmente pienso que David se la hubiese comido si manda hacer dos estatuas al frente del negocio, imagínense lo imponente que se hubiesen visto las dos imágenes de Claudia y Soraya, realmente se lo merecían, le faltó ese detalle, él diría que con haber puesto el negocio a nombre de las dos era suficiente.

Y llegó la gran noche, quiso darle visos de poder, aparentar contar con la fuerza de los gobiernos municipales, esa fue la primera falla, asistió solamente su asesorado, del que dice en todas partes que ganó por sus consejos y estrategias. Pero se le cayó la línea, el burgomaestre de Lechería, no asistió. El exgobernador no se hizo notar, estaba sentado bien alejado en una esquina, observando cómo se desarrollaba la obra de teatro que había montado.

Primero habló una joven tratando de explicar que eso era el producto del esfuerzo familiar. Allí nadie preguntó quien había invertido el dinero, aunque en honor a la verdad es bastante difícil construir un negocio de esa magnitud, sacando muelas.

Posteriormente el presidente de la cámara en el municipio, comenzó su discurso, hablando de las bondades e inteligencia de David, él que desesperadamente se levantó de la silla y con el bastón en mano le indicaba que no lo nombrara. El joven político agarra la seña y casi dice que no importa que el alcalde Urbaneja no asistiera, pues contaban con la presencia de un alcalde de un municipio más grande, con mayor número de votantes, y ese alcalde veía en De Lima un ejemplo a seguir, apreciándolo como un padre.

Los invitados extrañados se miraban las caras, no imaginaban que asistirían a un acto político de lanzamiento de un dirigente. La invitación fue muy bien seleccionada, solamente entraban los que se identificaban con tarjetas y estuviesen anotados en la lista. En Barcelona y Lechería más de uno se molestaron, ya que habían sido invitados de palabra y al llegar al restaurant no los dejaron entrar.

Inconsecuencias o burla comentaban algunos que cayeron en la mentira de su falsa ruina, recordaban que para hacerle mercado y llevárselo a la puerta de su casa eran pagados totalmente por colaboración de amigos allegados. Esa es una situación repetitiva de mucha gente del mundo de la política, cuando necesitan utilizar a los demás son unos corderitos, pero luego que alcanzan los objetivos se transforman en feroces leones, olvidando que el mundo sigue dando vuelta.

No podemos más que desearle muchos éxitos a las felices propietarias, nunca le desearemos el infortunio de otros restaurantes quebrados en la administración de su administración regional, típico fue un vasco, ubicado en la 5 de julio en Barcelona, frente al estadio Venezuela, fue tan grande la deuda que el hombre bajó la santa maría, igual sucedió con otro cerca de Teramum. Ojala le paguen todos esos funcionarios a los que les darán créditos por sus posiciones en el gobierno. Ojala que las señoras se administren bien. Que no se les ocurra darle a David De Lima la conducción del negoció, de ser así, lo convertiría en un comando de campaña sin posibilidades de triunfo alguno.



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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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