He oído decir que los humoristas se caracterizan por hacer reía a los demás pero que en la intimidad son aburridos y hasta tristes. Yo no conozco ningún humorista, ni le tengo confianza a ninguno para escribirle un correo electrónico y preguntarle. Lo que si se es que la clase media que surgió y se crió bajo el manto de la IV República se acostumbró a burlarse de los pobres, de los excluidos, de los negros, de los ejecitos de hombres y mujeres que le sirven en sus casas, en fin del pueblo. Los humoristas salidos de esa clase media simplemente expresan en público y sin vergüenza lo que los miembros piensan, y como lo dicen en forma de chistes para muchos pasa como una gracia. Por qué creen ustedes que tanto “sketch” en Radio Rochela, Cheverísimo y otros programas “culturales” son protagonizados por personajes que representan a negros, pobres u homosexuales. En esos programas de humor se expresa de la manera más cruda el racismo, el sexismo, la condición de lacayo del capitalista, de un amplio sector de la clase media.
Laureano Marques es uno de esos humorista mantenidos por los sectores más corruptos de la clase media. Él se burla de los venezolanos cuando se presenta en Miami, se burla de los pobres cuando se presenta en los centros nocturnos del Este de Caracas, se burla de los chavistas cuando se presenta ante un público de oposición, en fin, se burla siempre de alguien que no es representativo del público al que se dirige. Su humor es ridículo, porque pretende ser intelectual. No debería extrañarnos que alguien como Laureano hiciera lo que hizo con la hija del Presidente. Laureano nunca le escribiría una carta a los hijos de Carmona, ni a los hijos de Rosales, ni a los de Ramos Allup, en fin a ninguno de los hijos de aquellos que lo mantienen y para quienes trabaja.
Laureano es del tipo de gente que le encanta hacer chistes a los demás pero que se arrecha cuando le juegan una broma. Se envalentona cuando Teodoro lo apoya, cual malandro con padrino arremete contra una niña. Pero cuando le toca responder ante las leyes por sus actos lloriquea. Ríete Laureano, tendrás que hacerle cosquillas a tu pana Teodoro porque tus chistes ya no le hacen gracia. Ríete Laureano es sólo un chiste más. Aprende que tú no eres el único chistoso en Venezuela, porque el humor ahora es de todos.
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