¿De verdad nos hace falta una oposición?

Llevamos años quejándonos de la irracionalidad de una oposición, que ha sido incapaz de estructurarse a si misma, permitiendo ser sustituida por los directivos y dueños de los medios de comunicación masiva, quienes en lugar de actuar sobre la base de organizar las masas para actuar sobre la realidad, tratan de presentar la realidad de una manera tal que permita que las masas actúen de acuerdo a lo que ellos diseñan, con el problema que no se han dado cuenta que el ámbito a que estos medios llegan, o por lo menos, el que les hace caso y sigue alienado a su particular manera de ver la realidad, se ha reducido significativamente. Estas quejas han llevado a gran parte de los sectores “pensantes” a clamar por la “necesidad” de que la oposición “democrática” se organice y se diferencie de otra que se deja llevar o adopta las posiciones antidemocráticas y que hasta ahora es la que aparece a la vanguardia, arrastrando al resto de los sectores por los caminos de las locuras.

Creo que es tiempo de meditar sobre estas “preocupaciones”. Las locuras de los escuálidos alienados van a seguir mientras tengan alguna fuerza, bien sea producto de la impunidad con que se les ha tratado o del apoyo que le brindan los sectores externos e internos que los alimentan, ante ello, no hay mas camino que seguirlos enfrentando, ojala cada vez con mayor eficiencia, es una pelea que puede ser larga, que no hay que descuidar, y que tendera a permanecer mientras no se acabe la locura de los que no quieren ver que el país se encamino y avanza hacia otro tipo de sociedad, o que no quieren aceptar esos cambios y mantienen la esperanza de detenerlos. Para estos efectos, los medios tienen preparados sus “globos de adorno”, tales como el llamado “Comando de La Resistencia”, que no pasa de ser un conciliábulo de tres gatos, (Creo que no llegan ni a cuatro), que cuando les llega la orden de sus financistas, salen como energúmenos a dar conferencias de prensa y a hacer llamados a movilizaciones, a tomar la calles, a parar al gobierno, etc., por supuesto contando con una profusa cobertura de los medios que los dirigen. A veces logran movilizar al mismo grupito de siempre, formado por unas señoras que tienen listo su “kit de manifestación” para cuando sus frustraciones o el inclemente sadismo de los medios que las estimulan hacen que salgan a las calles a librar lo que creen verdaderas batallas libertarias y que por supuesto son reseñadas por los medios como multitudinarias, mientras la mayor parte de la población ya ni se da cuenta de como suceden, ni donde, ni cuando.

El otro sector, el que han llamado “el sector democrático de la oposición”, a mi se me hace, que ni es sector, que ni es democrático, y que tampoco representa a ninguna oposición, sino que son una partida de aprovechadores que descubrieron desde la cuarta una metodología para estar en la cresta de la ola, dando “hábiles” declaraciones, que los hace aparecer como equilibrados y equidistantes de los extremismos y que a través de esas posturas logran audiencia y sospecho que prebendas. Lo malo, es que por la supuesta necesidad de una oposición democrática, desde diferentes sectores de la dirección del proceso revolucionario se estimula la creación de estos “globos de adorno”, que por dentro ni por fuera tienen nada, que no movilizan a casi nadie, cuya audiencia es apenas la que les construyen factores externos, incluyendo los medios oficiales. Los invito a pensar seriamente en cuales son los movimientos de opinión que pueden generar ejemplares como Teodoro, Pompeyo, Carlos Blanco, Julio Borges o Eduardo Fernández, para hablar de los más connotados. A toda esa gente y lo que lograron en algún momento representar, hace rato que los dejo el autobús de la historia, viven de lo que hicieron o de lo que aparentaron que hicieron cuando eran jóvenes y creativos, hasta que descubrieron la veta de tratar de aparecer por encima del bien y del mal que les permitiera navegar por las olas del oportunismo y mantenerse con una relativa vigencia. Me parece que ya esta bueno de “preocuparse” por la tragedia de esta gente, si no son capaces de enfrentar su drama, de organizar su movimiento, enfrentar a los extremistas y a sus propios enemigos internos, eso es problema de ellos. Si se organizan y logran construir un movimiento opositor democrático, entonces habrá que enfrentarlos como tales, pero por ahora, me parece que lo mejor es dejarlos que se frían en su propio aceite, porque entre otras cosas creo que esos no van a ser los bueyes capaces de arar la tierra para desarrollar ninguna alternativa en este país. Ellos, habilidosos y mal acostumbrados siguen con su juego de coqueteo con todo el mundo, viendo a ver que consiguen y disfrutando de viajes, invitaciones y hasta prebendas hasta desde el gobierno a cuenta de seguir siendo esos globos de colores que tratan de aparecer como representando una perspectiva que realmente es bien dudoso que exista.

Por otra parte, pienso que en la perspectiva de la quinta republica, y sobre la base de la nueva distribución del poder implícita en la construcción del “Poder Comunal”, la oposición debe manifestarse a través de nuevos mecanismos, esa oposición negociadora que existía en la cuarta debe desaparecer tal como están desapareciendo esa serie de mecanismos de complicidades y medias verdades que los “globos de adorno” se empeñan en mantener. En nuestro país, con un juego limpio como existe en términos electorales, organizado desde la base, a través de consejos comunales, la oposición deberá manifestarse a partir de problemas concretos, a ser solucionados por las mismas comunidades y sus agrupaciones, una verdadera oposición - si quiere ser oída, participar y ser tomada en cuenta como opción de poder - debería en el marco de sus propuestas propias ( cualquiera fuesen), aceptar sin cortapisas la institucionalidad, desmarcarse de la conspiración imperial, trabajar su programa y alejarse de acciones fuera de la ley o ambivalentes. De lo contrario, no es oposición sino un conjunto de esquiroles al servicio del Imperio y no como hasta ahora que los problemas son utilizados por los traficantes de la política para establecer negociaciones en las que las soluciones muchas veces tienen mas relación con los intereses de los políticos y sus patrocinadores internos y externos ¿ que con las aspiraciones de los afectados por los problemas que supuestamente se quieren solucionar. En la medida en que comprendamos todos que en la nueva institucionalidad que se pretende construir, los viejos mecanismos de negociación entre partidos por cuotas de poder y ventajas para ciertos actores sociales pertenecen al pasado y no tienen ningún rol que jugar en las nuevas relaciones sociales, dejara de ser preocupación la existencia o no de una “oposición democrática” y el rol de los “globos de adorno”. Repito, allá ellos lo que logren, que no creo que sean capaces de mucho, los problemas de desarrollo del proceso son lo suficientemente variados, abundantes e importantes para estar invirtiendo tiempo y recursos en unos carcamales que no representan a nadie. Si son capaces, que se organicen, con toda la libertad de que disponen y en su momento, si es el caso, habrá los enfrentamientos democráticos, pero que ese sea su problema. El de los revolucionarios es el de construir y desarrollar la nueva sociedad, con la nueva institucionalidad, en la cual aparece claro que la oposición cuartarepublicana, tal como ha sido tradicionalmente no tiene nada que hacer, todas las instituciones, incluida la forma de manifestarse la oposición deberán respetar la institucionalidad nueva .

Hay un aspecto que no quiero dejar de tocar antes de terminar este articulo y es que esta modalidad de “cabalgar sobre globos de adorno” descubierta en los tiempos de la cuarta, y prolongada en la quinta, esta siendo aprovechada no solo por viejos veteranos de aquellos tiempos, sino que están surgiendo abundantes ejemplares de la quinta, que fabrican gremios, sindicatos, movimientos con nombres pomposos y todos por supuesto “bolivarianos y revolucionarios”. Sobre estos también hay que tener cuidado, hay mucho gremio que no son mas que eso, globos de colores, que por sus nombres y por sus habilidades logran audiencia, salen a través de los medios, dan opiniones que dicen representar las de los supuestos agremiados y lo que es peor, logran influir en muchos casos sobre decisiones gubernamentales. En algún momento habrá que desenmascararlos si no lo hace la dinámica revolucionaria. Igualmente, es justo reconocerlo, hay ejemplarizantes agrupaciones revolucionarias que gracias al esfuerzo y constancia de sus dirigentes y agremiados han logrado abrirse espacios de participación con resultados positivos y necesarios en el desarrollo del proceso como es el caso de Periodistas por la Verdad o Los Foros Itinerantes de Indu Anderi, para nombrar solo a dos, a quienes debemos felicitar.

ogarciajarpa@hotmail.com


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Oscar García Jarpa

Dirigente de los Círculos Bolivarianos, comunicador alternativo, Director del periódico La Voz del Valle

 lavozdelvalle2@yahoo.es

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