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Luego de sucesivas derrotas y haber desalentado a sus partidarios de la vía electoral cómo legítima ruta para alcanzar la Presidencia de la República, el archipiélago de la derecha venezolana busca desesperadamente un Candidato, pero más pueden las ambiciones personales, y divididos y subdivididos se aproximan a nueva derrota electoral, a pesar de la búsqueda del oxígeno financiero internacional.
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Acusaban al sistema electoral de corrupto, parcializado y manipulado y ahora hasta los más radicales vuelven al redil electoral, a la vía constitucional que abandonaron, y tienen como primer reto, convencer nuevamente a sus desperdigados seguidores, que la vía constitucional es la única válida e Venezuela, para obtener la Presidencia de la República.
Ud. los ve por televisión o los escucha en la programación radial de opinión. Parece que leen una cartilla. Todos y cada uno de los opinadores de la derecha venezolana, describen y adornan las cualidades de su posible candidato presidencial, con tal grado de pureza, de pulcritud, de rectitud, que pudieran también ser candidatos a la beatificación.
Con una seriedad que confunde y miradas al vacío, como tratando de dibujar un candidato y confundir a cualquier televidente que les preste atención, van tanteando, van configurando un candidato de Probeta, que sólo está en los planes de sus asesores de imagen, pero que no refleja la realidad de sus propias organizaciones, ya rancias y corrompidas.
Por más esfuerzo que hagan por más dramatismo que le pongan, dependiendo el expositor, podrán fabricar un candidato de fantasía, pero una fruta podrida no podrá reflejar una candidatura exenta de los defectos y detritus que ella genera y pueden intoxicar a los que ingenuamente consuman estos mensajes. Estos bosquejos de candidatos que sólo están en la mente de los expositores y en los pinceles de los asesores de imagen no carburan por la ambición de la elite opositora, donde cada uno de ellos se considera el candidato ideal y son 40 o más.
El candidato, dicen con cara de doctos, debe ser alguien que esté conectado con el país, en sintonía, con los problemas nacionales. Si Ud., revisa los cuarenta o más candidatos que presentan los grupúsculos de la derecha venezolana, la mitad están auto exilados, otros inhabilitados, alejados por años de Venezuela, carentes de un discurso convincente y cuando enarbolan algunas consignas, éstas parecen más un recetario de cocina, que un verdadero plan programático para rescatar a Venezuela.
El candidato debe representar la Unidad del pueblo opositor, aquí se les enreda la lengua, porque al mismo tiempo que lo proponen, les pasa por la mente la atomización y fragmentación de ese supuesto pueblo opositor. Hay más grupos electorales que se autocalifican de opositores que candidatos presidenciales y todos quieren que sus candidatos sean los escogidos, porque piensan que su futuro, va a depender del reparto burocrático y contractual que ansían y que forma parte de su comportamiento en gobiernos pasados.
El candidato, aquí, el proponente, tose, debe ser conciliador, eliminar los odios, fomentar la paz. Bueno en este saco no entra ninguno de los actuales 40 o más candidatos propuestos por la derecha. Con mayor intensidad uno que otro, ha fomentado la violencia. ¿Cuál de ellos, se opuso a las guarimbas que tanto daño causaron a sectores de nuestra población?; ¿Cuál de ellos se opuso a los planes magnicidas que pudieron llevar a Venezuela, a una Guerra Civil?, ninguno, al contrario, ridiculizaban las denuncias. Hay videos, publicaciones en las redes, donde muchos de los altos dirigentes de esa oposición de derecha, aparece estimulando el odio contra los venezolanos en todo el mundo y calificando a los migrantes como plagas delincuenciales que ponían en peligro la estabilidad de la región. ¿Cuántos de ellos propusieron y auparon las sanciones que ha llevado al empobrecimiento y hambre de millares de venezolanos?
El candidato, aquí el proponente trago saliva y casi se atora, debe ser honesto, honrado, moralmente correcto. Al hacer la propuesta, el expositor, cambio la mirada, la desvía, no quiere ver de frente al entrevistador, quizás en el fondo se avergüenza. Por su mente, pasó como una ráfaga, el Caso de Monómeros, empresa que se repartieron los partidos junto a familiares y amigos. Representantes de esa derecha (AD, Voluntad Popular, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo) la quebraron y se la repartieron en tajadas como a una lechoza. Algunos de los responsables de este fraude contra los venezolanos tienen el tupe de auto nominarse como candidatos presidenciales.
El proponente, no terminaba de pensar en Monómeros y se le apareció de repente, como un fantasma, CITGO, otra empresa, de la cual no sólo extrajeron recursos, sino, que terminaron dando su consentimiento para entregarla en manos de otros países, configurando delitos graves como el de Traición a la Patria.
Los asesores de imagen de la derecha venezolana, continuaban echándole ingredientes a la Probeta y la meneaban para mezclarlos y lograr el candidato único e ideal, pero se repelían tanto estos ingredientes, que la Probeta les explotó en su propia cara y hasta allí les llegó el experimento. Con su propia experiencia, se están cuenta que tal emulsión, no concretaba nada y ahora a la deriva, continuarán en sus andanzas, buscando que un inversor extranjero o una invasión extraterrestre, les traiga el candidato ideal, porque la Probeta, puede explotarles en la propia cara.