Sí, panita… ¿hasta cuándo coño sigues secuestrando para ti solito la
facultad de decir lo que es culto y lo que no, lo que es cultura e
incultura? ¿Hasta cuando te abrogas el derecho –que nadie te ha dado- de
decir lo que supuestamente diría José Ignacio Cabrujas de la Revolución
Bolivariana y de Hugo Chávez si estuviera vivo físicamente? A decir verdad,
no me imagino a Cabrujas compartiendo a tu lado un aquellarre de fascismo en
la Plaza Altamira… ¿Qué significa eso de decir que “Europa se ha tomado
demasiado en serio el realismo mágico” como si tú hubieras descubierto una
metáfora mejor para describir la realidad latinoamericana y caribeña? ¿Qué
sabes tú de lo que realmente piensa esa “chusma ignara” –como ustedes llaman
al pueblo cuando el asco mantuano tienen que patentizarlo ante sus jefes al
referirse al pueblo chavista y marcar distancias de clase y élite cultural-
para decretar que no es más que una masa de desadaptados
“desproporcionados”, “ridículos” “cursis” y “absurdos”? Según tú, el
supuesto “Fin de la Historia”, proclamado por el Capitalismo Neoliberal, es
la única “realidad” contundente, inapelable y definitiva. Según tú, el
derecho de levantarse en armas si es preciso en contra de la realidad
opresiva y salvaje del “Evangelio del Mercado” –al que hasta un Papa tuvo
que reconocer como expúreo y brutal- no es más que un resabio exótico de
nuestro supuesto atraso cultural. ¡Oh, qué elegante te quedó eso! Tú y Tulio
Hernández ya se elevaron al divino Olimpo de los “Cultos” que para llamarse
intelectuales tienen que hacer largas citas de autores reconocido –eso sí,
que tengan impronunciables nombres anglosajones que resulten criptográficos
a la chusma- para probarle al otrora “Pobre Heredero” que ustedes son de
derecha cuando menos “light”, para dejar en claro ante el mundo de la
“Sociedad Sambil” que su pasado “izquierdista” fue un juego de simples
devaneos juveniles de aquella época remota en que creían que la “Historia”
existía…
No, Albertico, aunque tú no lo creas, la historia y la Historia aún existen
y prosiguen porque las clases sociales y las luchas que sostienen entre
ellas los todotenientes, lo algotenientes, los pocotenientes y los
nadatenientes todavía están vivitas y coleando. Acéptalo aunque tú ya no te
eches palos por los bebederos de Sabana Grande como cuando los
“intelectuales consagrados” de tu “Círculo de Elegidos” eran felices e
indocumentados arrostrando el “sarampión juvenil” marxista que los aquejaba.
Yo, que soy un idiota tropical, sigo viviendo en mi mundo de mariposas
amarillas, asombrándome con el hielo, persiguiendo sueños y revoluciones
aunque tarden en imponerse y bajo la eterna amenaza de los imperios
bananeros que todavía persisten. Claro, yo me quedé en la Historia con mi
pequeña historia, como la inmensa mayoría de los pequeños mortales que
poblamos estas tierras meridionales ubicadas al sur del Río Grande, mientras
tú y tus iguales trascendieron el Éufrates hacia el paraíso terrenal en
donde conviven entre la inagotable ambrosía del halago y los néctares
escoceses mayores de 21 años, esa tierra virtual en donde nada cambia
porque… ¿para qué?.
Déjame decirte que no me extraña el desdén con que tratas a los que, antes
de tu globalización espiritual e intelectual, éramos tus compatriotas porque
tus profundas lecturas de Edward Said ya te han liberado de “la retórica de
la culpa”, y puedes denigrar de tus cavernarios orígenes sin asco alguno.
Tampoco te condeno por eso: no hay peor cuña que la del mismo palo
(discúlpame el plebeyo proverbio) y entiendo que el converso, solo a través
de un furor reaccionario e implacable, puede demostrarle a la “Sociedad
Civil” su total arrepentimiento con respeto a su bochornoso pasado
“comunista”. Mentías antes y mientes ahora: jamás fuiste un verdadero
comunista, como tampoco ahora no eres un legítimo oligarca (la lista de los
Amos del Valle está completa y ellos son implacables con el derecho de
admisión) pues apenas si llegas a pequeño burgués.
En todo caso, tú, ahora te dedicas en cuerpo y alma a alcanzar la
perpetuidad y lo más seguro es que lo logres. Ya una editorial de tendencia
Aznaro-franquista te otorgó un premio de novela y te editó el texto. Créeme
que tu “Enfermedad” será persistente en el tiempo y en los estantes de las
librerías. Lo digo con autoridad y porque me consta: paso todos los días por
una lujosa librería cercana a mi casa y ahí está, una hermosa pirámide, tu
obra imortal galardonada, formando una perfecta estructura de cuatro caras
que se elevan en riguroso ángulo de 15 grados. Perfecta, intocada,
cibernética, casi irreal. A su lado los best-seller aparecen y desaparecen
con esa velocidad prodigiosa que les imprime la cultura del consumismo, la
“fast culture”, el “quick knlodege”, la caverna ilustrada del capitalismo.
Así pasarán años y años, siglos y siglos. Quizá en una época aún muy remota,
algún batallón de marines que pase frente a esa vidriera, se detendrá a
contemplar con asombro la perfecta estructura de tus libros y su general les
dirá transido de emoción imperial: “Mirad, caballeros… desde esa vitrina,
cinco mil años de Historia nos contemplan”. Y a ti no te importará, porque
tú no crees ni en la Historia ni en las ridículas historias cotidianas de la
gente. Solo crees en tu historia “gloriosa” de literato “excelso”… Y esa es
una Barrera imposible de saltar, Tiszka…
Ya para cerrar quiero detenerme y citarte completo en los últimos párrafos
de tu enjundioso artículo “Latinoamérica en diferido”, porque me parece toda
una cátedra de tu odio hacia un continentito que jamás merecerá tu presencia
de iluminado analista político y coloso de las letras. REFIRIÉNDOTE CON TODO
TU DESDÉN A LOS EUROPEOS QUE VIENEN A VISITARNOS PARA CONOCER “EL
RRRRRÉGIMEN DICTATORIAL MILITARISTA Y PRESEGUIDOR DE LA LIBERTAD DE
EXPRESIÓN” QUE DENUNCIAN TÚ Y LOS DE TU SECTA EXQUISITA: “Los jóvenes
regresaran al Charles De Gaulle en ese mismo invierno. Alguno traerá un
bongó de recuerdo. Otro, una camisa estampada con un retrato del Ché junto a
Hugo Chávez. Muchas fotos. Distribuirán la buena noticia: más allá del mar
todo es maravilloso y desordenado; más allá del mar existe el paraíso
confuso que ese continente merece. Así es. Suelen las revoluciones
latinoamericanas ser siempre saludables. Sobre todo si se va de visita, si
no se vive en ellas…”
Tienes toda la razón, Barrera: aquí no te merecemos. Prívanos para siempre
de tu divinal presencia. Y si alguna vez te dignas visitar este “continente
confuso” que ya no te merece, detente en la Base Delta de Guantánamo. Ahí
también se detienen el tiempo, la Historia, la Libertad y los Derechos
Humanos, como reliquias o como pirámide de tu libro. Ahí te sentirás en
casa, rodeado de la cultura que tanto reverencias: una cultura que está más
allá de la vida, anclada para siempre en la muerte…
Por eso me despido con una guarachita burlona, pana: ¡Ah, karaka-tiszka,
tyszka, ah, karakatís…! Y perdona que no sea con música de Kostelanetz…
ourdaneta@gmail.com