Y ahora qué, quizás un pasito tun-tun nos quede bien al perder altura y, lo peor es que el paracaídas de la sostenibilidad sigue en el aire y como si fuera poco el grupo de Lima se reagrupa y los gringos dale que dale betún y, María Corina cojeando mientras, Edmundo en Madrid alardea de lo bien que lo tratan los españoles como si hubiera descubierto que su vida no vale nada al embarcar a los venezolanos sin tener actas que lo justifiquen y pasar a ser presidente instántaneo de los que no votaron por él y ahora le guiñan los ojos de la esperanza dándole poder de ser conocido como un traidor coaccionado.
A todas estas, María Corina quizás, se preguntó, ¿qué hago yo aquí sola ah, sin comanditos y con Edmundo dándose la gran vida en Madrid como todo un rey? Comiendo y evacuando a cualquier hora y además, lo sacan a pasear y como tapa gran parte de la Comunidad Europea, lo trata como si fuera presidente y él muerto de la risa se los goza y yo acá pasando las de Caín y Abel, escondida como si fuera una delincuente, calándome al dictador Maduro haciendo sufrir al pueblo y, no se quiere dar por vencido por más que le ponga trampas el hombre no cae y va rumbo al 10 de enero a enconcharse y perpetuarse como presidente constitucional de nuestro país pudo -haberse respondido y, además, después de haber calmado su nervioso ánimo pensar que una luchadora como ella no nace en todas partes, pero eso sí puede morir donde quiera y la quieran.
Así que con lágrimas en sus ojos, una luchadora más se nos va del país y qué país es este que la deja ir, mujer de ambiciones profundas que quiso imponer a Edmundo como presidente y los malvados chavistas como maduristas no la dejaron, por eso molesta como está va a meter sus trapos en las 10 maletas que le quepan y se largará y, el más contento de todo eso es Maduro que no encuentra cómo celebrarlo, pero vale la pena celebrarlo, seguro que sí.
Alguien dirá a sus anchas: ha vencido Venezuela, porque María Corina nos deja el pelero y se va y no con el rabo de la entre las piernas, sino con toda sus buenas intenciones de echar raíces más profundas donde quepa su dignidad de mujer luchadora y, otro gritará, ¡jala pero no te guindes! Que, Guaidó también se fue habiendo jurado que jamás se iría y la noticia de su ida corrió como pólvora mal encendida, pero así son ellos que, cuando más se necesitan más rápido se van.
Y la oposición qué, si se va Maria Corina, a lo mejor vendrán mejores momentos para los venezolanos con una oposición que no pega una.
¿Llorará y sufrirá el pueblo por la posible ida de María Corina que Maduro afirmó? Posiblemente sí, posiblemente no. Porque Edmundo se fue y nada pasó y mejor para él en libertad que en una embajada escondido y, ahora los españoles lo adoran más que el santo padre, qué, mejor no puede ser. Y la diferencia entre María Corina y Edmundo es grande y, la gran torpeza entre uno y otro es abismal, aunque ambos querían ser presidente, uno obligado y la otra desestimada.
Señoras y señores:
Se nos va María Corina. ¿Y para dónde? Que responda Maduro que fue él que aseguró que se iba. Creo -digo yo- que en Madrid la esperan con los brazos abiertos: Edmundo, Ledezma, y...López
