Solamente los gatos parecen saber lo idiota que resulta el abrir y echarle tierrita al hueco que no se piensa utilizar. Los que no tienen esta higiénica sabiduría creen que con sólo utilizar esta felina costumbre podrán despistar el poco dominio y precisa irresponsabilidad de sus esfínteres, esos que durante mucho tiempo les ha llevado junto a sus malolientes travesuras a enterrarse en los sitios peormente indicados de su reputación. El eterno “lanzar la piedra y esconder la mano” del Gobernador del estado Zulia nos ha hecho defensores de que en Venezuela se reconoce al pájaro por su…
Este señor, y camarilla, últimamente ha mostrado gran interés por que en el país y sobre todo en el extranjero se le reconozca el júbilo por la Copa América. Copa que hasta hace poco sólo había tenido de él sistemáticos e encolerizados ataques. El señor gobernador, como todos sabemos, no acostumbra apostar a un solo bando, se mantiene en lo típico de su tira y esconde la mano. Sus acostumbradas actuaciones definitivamente demuestran que poco le importa lo que suceda con la Copa América y la Vino Tinto. A él sólo le preocupa saber que la popularidad de su imagen se haya igual de peor que la del resto de los líderes de la oposición, y que la Copa, a pesar de los saboteos, se cumple de manera satisfactoria. De la misma manera como perfectamente reconoce que la esquizofrenia de la oposición les ha llevado a considerar un asunto de honor el fracaso de este evento, y que a él se le ha dado la principal encomienda de sabotear su final, insiste en cuidar su ya caída reputación. Por un lado pinta las paredes de Maracaibo con alegorías al certamen, y de la misma manera se emplea en lograr que sus acólitos encuentren entradas para sabotear o escandalizar el evento.
Hasta ahora no se sabe quién es más patético, si la oposición esquizofrénica pretendiendo sabotear desvergonzadamente y con desgracias la Copa América; o sí la de este señor queriendo guardar las formas.
waldo.munizaga@corpomaracaibo.net