Una realidad palpable, que evidencia el grado de frustración de muchos compañeros venezolanos que se oponen de manera abierta y extrema a la realidad política actual en nuestra Venezuela Bolivariana, deja de ser una expresión de amargura, de una contradicción ideológica y se trasforma en un sentimiento de vacio profundo al no aceptar el hecho de que Venezuela ha cambiado.
La eminente postura antidemocrática de no entender que existe una inmensa mayoría que ha decidido seguir el rumbo hacia el Socialismo como expresión de bienestar social y el logro de la felicidad total, los conduce a un abismo de errores, lo cual se traduce en una incesante búsqueda de alternativas para derrocar a uno de los sistemas políticos más democráticos de nuestra historia contemporánea.
El anteproyecto de la reforma constitucional es un simple ejemplo de la intolerancia, percibir que todo aquello que proponga el Ejecutivo Nacional adolece de ese sentir democrático, los arrastra por el camino de la insensatez. Todo lo escrito por el Ejecutivo es necesario cuestionarlo sin mirar el contenido propio de las propuestas, para este sector la discusión es sólo bajo su óptica y sus intereses, el bien nacional sólo existe en el mundo de su “racionalidad y perspectiva”, la jinetera de los medios hacen el trabajo y contribuyen a la desorientación, al caos y la dosificación continua de su maldad en franco deterioro de la salud mental de estos compañeros, para ello existe un grupo de “periodistas” “independientes” al servicio entre otros, de Globovisión, las mentiras son las verdades que promocionan, las matrices de opinión erráticamente elaboradas son una de sus herramientas para atacar despiadadamente al Gobierno y a todos sus funcionarios. El amor se fue de vacaciones de sus corazones.
El caos que reina en el alma de estos compañeros de oposición extrema y carente de convicción ideológica que los motive, es sólo el producto de la complicidad de un sector que se niega a perder los privilegios y la repartición de nuestras riquezas. Este pequeño grupo de venezolanos que ayer se lucraba de la corrupción y hoy la promueve como forma de mantener una desquiciada conducta de un sector de compatriotas, los enluta en un mar de tormentas intangibles y contribuyen a no darle paz a sus mentes y corazones.
Se pelean con el amor, y sus vidas colapsan en la inhumanidad. Arrastran en su infinita testarudez a propios y extraños para gravitar solos con sus recuerdos de un pasado que no volverá. Se les va la vida y con ello, la forma más sublime de vivir, como lo es amar.
Sus manifestaciones diminutas en conciencia y asistencia se trasforman en un monumento de remembranzas, sólo hay que buscar la excusa para gritarle al mundo: ¡ya no tengo capacidad de amar! sólo gritos individuales: ¡muerte al tirano, muerte a los chapistas!
El cerrojo de la intransigencia sólo mueve la individualidad, el egoísmo como enunciado y la falta de lucidez para comprender que la mayoría democráticamente ha asumido un nuevo camino de libertades sociales, económicas y políticas.
Nostalgia abrupta e indecente es sólo un capricho de las acciones que emprenden estos compañeros opositores. En la acera de enfrente, mi batallón (Alberto Lovera) discute con tesón, ávidos de conocimientos y cargados de pasión nos aglutinamos para dosificar el amor y solidaridad en la búsqueda de las reivindicaciones que por años hemos soñado: igualdad de condiciones y oportunidades. No hay odio en nuestros corazones, impregnados de sentimientos puros, nos armamos en conciencia para librar futuras batallas en el campo de las ideas. A través del mensaje crítico y autocrítico masificamos una conducta de lealtad y honestidad para acercarnos a ese nuevo modelo de hombre y mujer que necesita la Patria, cargados de valores morales, conceptualizados en la razón.
La necesidad de amar y conjugar la fortaleza del corazón y la mente nos hace invencibles en este proceso político que nos prepara para enfrentar con ideas, la lucha por la defensa de la Patria y la soberanía. Sólo es posible AMAR en tiempos de crisis con la razón del alma.
Patria Socialismo o Muerte…
Venceremos.
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