Chávez es como un prestidigitador. De su sombrero de copa salen las cosas más extrañas. El rey Midas, según dicen, todo lo que tocaba lo transformaba en oro. El presidente es más prolífico, genera más cosas. No es, para decirlo con un término muy usual, un mono productor. Su nombre y presencia ademàs como que incita a sus adversarios a incurrir en torpezas, absurdos inexplicables y cambios inconcebibles.
Por odiarle, los opositores son capaces de hacerse el harakire; como dispuestos estàn miles, entre quienes lo respaldan, a entregar la vida por su causa.
Y lo de Midas, en relación con el primer gobernante nacional, no es descabellado. Cuando asumió el cargo, el barril de petróleo estaba en el miserable precio de siete dólares, hoy ronda los sesenta. Las empresas que entraron al negocio por la vía de la apertura petrolera, no pagaban o lo hacían muy por debajo de lo debido, parapetados en interpretaciones absurdas y la alcahuetería de los gobiernos pasados; les obligó a pagar completo hasta que se puso fin a aquellos convenios malsanos. El SENIAT de ahora, ha logrado que cancelen impuesto sobre la renta, empresas y personas naturales que por años venían evadiendo esa responsabilidad.
Pese al aumento significativo de la inversión y gasto públicos, usando para ello las reservas internacionales, estas se mantienen en un nivel envidiable y no alcanzado antes en Venezuela.
Las cosas más inverosímiles se dan en este país y en gran medida ello tiene que ver, de una forma u otra, con la acción del presidente. En este sentido cabe mencionar el disparate de gente opositora que ha protestado cuando, representantes del organismo fiscal antes mencionado, han realizado operativos en empresas mercantiles; es decir, aquella se ha manifestado en contra se cuide que la contribución pública como el IVA, no se quede en las cajas registradoras de los negocios.
El gobierno nacional decide congelar las matrículas escolares de los colegios privados y sucede que un sector de representantes, en cada institución educativa del ámbito mencionado, sale a expresar su oposición y pedir que le aumenten. Es algo como aquello de venados corriendo tras los perros o una original manifestación de masoquismo. En cierta oportunidad, opositores abuchearon y cacerolearon a agentes de INDECU, que actuaban en ciertos centros comerciales en defensa del consumidor o, lo que es lo mismo, en defensa de ellos.
Por el odio que contra Chávez ha acumulado, la oposición cometió el disparate político más notorio que se conozca. Se negó a sí misma el derecho a participar y acceder a los centros de poder absteniéndose, por razones secundarias, de participar en los comicios legislativos. Golpe del cual todavía no se repone y le duele, sobre todo ahora, cuando se debate sobre las reformas constitucionales; por ello se lamenta y llora sin consuelo alguno. Y al colmo se llega cuando opositores, ante el anuncio gubernamental de regirnos por un nuevo huso horario, lo que significará adelantar media hora a la que legalmente ahora nos rige, manifiestan que ellos no acatarán tal decisión. Es decir, cuando eso se dé, mientras el país anda en una hora, esa parte opositora andará en otra.
Por la furia que se ha desatado sobre Chávez, conversos como Teodoro, Pompeyo y otros como los de Bandera Roja, organización que “oficialmente” sigue siendo marxista leninista, pues todavía no ha anunciado oficialmente su renuncia a tal definición y una larga lista, optaron por irse al bando opuesto al de donde antes se encontraban y empezaron a hacer política de alianzas con la derecha y la embajada americana; y estos cambios se dieron con una velocidad inimaginable. Es decir, parte de la vieja izquierda a quien Chávez en buena hora no le llamó al poder, quizás por esto, saltaron la talanquera y velozmente fueron a refugiarse en los predios de sus viejos enemigos.
Ismael García, es el más reciente caso cómo por Chávez se es capaz de hacer lo inusitado. Hace pocos dìas, en Barcelona, este dirigente de Podemos, no se conformó con expresar opiniones que lo distancian del gobierno, sino que se fundió en abrazos estrechos con representantes de la oposición.
Así, hasta como un milagro se produjo. Todavía uno se recuerda cuando Alfaro Ucero, cual típico caudillo, ordenó a Morales Gil, gobernador en ejercicio del Estado Sucre, militante del partido blanco, derrotado en nuevos comicios por Martínez, en lugar de entregarle el cargo, le mandase “pal` carajo”. Lo que aumentó el rechazo del entonces masista por AD y la derecha toda; y fue de los primeros en el MAS en adherirse a Chávez.
Sin que a ciencia cierta uno sepa por qué, Martínez se distanció del presidente. No obstante, habló de su respaldo crítico al proceso. Pero con una rapidez sin parangón dio una vuelta y se volvió contra lo que antes defendía. Y lo que es más, ¡magia de la presencia de Chávez!, Manuel Rosales, adeco inscrito en UNT, dos o tres dìas atrás, después de elogiar al gobernador de Sucre, “porque defiende la descentralización”, pues “es su filosofía”, confesó que éste es su amigo. ¿Desde cuándo esa amistad? ¿Así tan rápido?
Chávez es en cierto modo milagroso y un eficaz catalizador. Une fuertemente por los dos extremos y promueve cambios de la noche a la mañana. Y en veces, éstos son tan inesperados, como la naciente amistad entre Martínez y Rosales, que no se sabe qué pensar.