¡Chávez pulverizó de un solo plumazo 150 años de felones paradigmas!

El estilo que tiene Chávez por su manera de gobernar, su contacto llano y espontáneo con el pueblo y su coloquial forma de comunicarse con las masas de todos los días, no se parece en nada al viejo estilo de gobernar de los tantísimo gobiernos de cuello blanco, que le precedieron. Valga decir, desde los variopintos gobiernos caudillistas y dictatoriales, caso de Páez (1831) y de Pérez Jiménez (1952-1958), para rematar a partir de 1959 con una “democracia bufa” que se instituyó en Venezuela por más de 40 años, y que con acomodaticios gobiernos, Pacto de Punto Fijo, Juan Bimba y alternabilidad en el poder de blancos y verdes, tuvo como colofón a políticos serviles y entreguistas: caso de Betancourt, Caldera, Carlos Andréz Pérez... Quienes actuando desde su aborrecible sumisión y acato de las recetas del norte (EU), se valieron –cual bazofias lacayas vende patria— de la represión a su pueblo y de asesinatos en la sombra a estudiantes, dirigentes y campesinos, para atornillarse vilmente en el poder .

A partir de 1982, con la aparición en escena de un fulano militar que tenía como herramienta de persuasión un ilustrado y sabio verbo lleno de historia patria, de bolivarianismo, de canto, de poesía, de mastranto, y de decir (mirando a los ojos) sin ambages ni cortapisas lo que se sabía pero no se decía –ese sobrio talante del joven militar, con olor a pueblo, recto proceder y apegado a la ‘verdad’— fue la magia o el detonante que hizo posible que el pueblo entendiera que aquel a quien habían buscado y esperado por tanto tiempo, al fin aparecía. Pero con el temor y el celo que ello despertaba, por que no era aquel apasionado y joven prospecto el acostumbrado político (civil) que nos habían inoculado en el subconsciente durante tanto tiempo, sino un “militar” forjado y venido de las academias castrenses del país (¿?)

Chávez rompe y pulveriza de un solo plumazo, ‘todos los paradigmas’ que nos había sembrado sibilinamente desde allende el norte, el Tío Sam, por más de 150 años. Felones paradigmas acuñados por ese falso modelo de democracia (EU) que se preciaba ser, y defendida a aultranza por cipayos políticos venezolanos y por la rancia oligarquía criolla servilista y apátrida, que en abandono de su gentilicio y de su sentido de pertenencia, se obnubilo tanto por las banales ilusiones del país del Americans Dream, que se olvido por completo de su historia, su cultura, sus costumbres y su venezolanidad.

Ha habido desde los laboratorios CIA-USA-Europa durante mucho tiempo, una brutal campaña de descrédito y un feroz bombardeo a través de poderosos medios internacionales (Fox New, CNN, CBS, BBC), o a través de comics (Tom y Cherry, Popeye el Marino…); o de películas al mejor estilo de Superman, Batman, Star Wars, Conan el Bárvaro; o de los fast foods a lo Mac Donalds, BurgerKing, Pringles, Pop Connor; o un mar de ilusiones y falsos estereotipos a lo Disney World, Play Boy, Disneylandia, etc., etc., Toda una supina y bien estudiada transculturización con el ex profeso fin de dominar, someter, subyugar y seguir idiotizando y colonizando a los pueblos tercermundistas del continente americano.

¿Cuál fue la magia y qué hizo Chávez para romper con los felones paradigmas? Chávez tiene un agraciado don de la ‘verdad’, que lo hace sentirse amado por el pueblo y rechazado por los oligarcas criollos y el cognomento político puntofijista. Porque la personalidad que en él se puede dibujar o que lo identifica en su justa dimensión, es aquella fuerza interior de gran calidad humana que lo mueve a pensar, hablar y obrar con la verdad por delante, y en función y estricto apego a la moralidad, a los principios familiares y nobles procederes. No hay en Chávez ambigüedad entre lo que piensa, dice y hace, como tampoco hay en él anfibología, doble discurso, falsedad, mentira, traición o tiros por mampuesto. No, Chávez es el estereotipo de la sencillez y la humildad, sin que medie en su verbo y modo de ser, rabo e’ cochino, hipocresía, retruécano o falsa atestación. Por ende, esa postura lo hace creíble y respetado ante su familia, sus amigos, sus seguidores, sus correligionarios, su país, su pueblo y, aún más, ante sus más enconados y acérrimos enemigos... Por eso Chávez, el 4 de febrero de 1992, con aquella celebérrima expresión “lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados” cambio y pulverizo de un solo plumazo y para siempre, con los viejos preconceptos (paradigmas) que habían oscurecido el firmamento de la nación venezolana durante más de 150 años… Y rompiendo de paso, con aquella proverbial sentencia de Albert Einstein que dice: “Es más fácil destruir un átomo que un preconcepto…”

joseagapo@cantv.net



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José Agapito Ramírez


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