Los esfuerzos por seguir engañando y engañándose, esfuerzos noticiados gracias a la cobertura “generosa” interesada hacia un solo lado del debate, permitieron el Martes 23 de Octubre, dejar clara la falta de convocatoria cada vez más patética que sufre la oposición.
El llamado a una marcha en el centro de Caracas encabezada por estudiantes que defienden la derecha burguesa, coincidiendo con un paro de transportistas que utilizaron el tema de la inseguridad como elemento convocante, no logró entusiasmar al colectivo caraqueño y mucho menos ganar simpatía mayoritaria en la totalidad de venezolanos, pese a la copiosa publicidad y promoción informativa que tuvo el acontecimiento anunciado desde varios días antes por sempiternos fracasados de la desestabilización, opositores a la reforma constitucional que apenas pudieron alborotar reporteras y reporteros que desde la calle o en los estudios de televisoras y radioemisoras periodistas, acompañando a unas dos cuadras y media de manifestantes estudiantiles, sin disimular al transmitir su ansiedad por esperar que ocurriese algo anormal, prometiendo dar cobertura a cualquier “incidente” frente a la Asamblea Nacional.
Al mediodía y el comienzo de la tarde la decepción fue obvia, la policía pese a ser agredida no respondió violentamente, hasta CNN en su emisión de las seis de la tarde se vio obligada a dejarnos ver que pese a ser atacados a pedradas y botellazos los uniformados no reaccionaron.
Privó el desinterés mas que elocuente de la colectividad afectada por la marcha y se repitió la misma historia, protagonizada por quienes ya no sólo cansan sino que fastidian y se vuelven repelentes, asegurando en su ritornello que en Venezuela se vive una dictadura en ciernes, intentando convencernos que nos quedaremos sin derechos humanos o sin libertad de expresión, aunque al mismo tiempo aprovechan el exceso de libertad de manifestación y no represión, para hacer y decir, emitir y radiar, televisar o escribir, opinar o mentir incluso lo que cualquier mente calenturienta y resentida invente, por lo general advertencias y pronósticos gritando que “en cualquier momento, esto se lo lleva el diablo…”.
En ese macán llevan más de los ocho años y nueve meses que cumplirá el gobierno de Chávez el 2 de Noviembre, porque bueno es recordar que en la campaña electoral del 98 ya escribían voceaban y escandalizaban con los mismos argumentos de política neocolonialista mental pitiyanqui, que hoy los caracteriza como favorecedores conformistas de la anterior antinacionalista “democracia representativa”.
Coincidencialmente mientras ocurría la manifestación en el centro de Caracas y culminaba el fracasado paro de transportistas caraqueños, leí una efeméride política donde recordaban que cuarenta y siete años atrás, el 23 de Octubre de 1960, el gobierno de Rómulo Betancourt, iniciador de la represión contra estudiantes y el pueblo que manifestara, responsable de masacres y bombardeos para defender su “democracia” y autor de la famosa frase “disparen primero y averigüen después”, ordenó detener al abogado Humberto Cuenca y al poeta Rafael José Muñoz, acusándoles de haber escrito un editorial en el semanario “IZQUIERDA”, simplemente exhortando en opinión periodística a resistir la política represiva y antinacional del Presidente Betancourt.
¡¡¡Vaya diferencia entre aquella forma de hacer política y la actualidad venezolana 47 años después!!!. Por eso afirmo que esas convocatorias a PARO de la oposición venezolana de finales del siglo XX e inicios del XXI, no logran “levantarle el ánimo” al colectivo, ni con la gloriosa “V” de Venezuela ni con la hoy conocida “v” de la pastillita azul enviagrada…
