La vieja y caduca oposición venezolana, pretende dar aires de unidad, de proyección, de organización, de voluntades etc. Cuando en realidad es que sufre del síndrome de “Candidatitis”. Por un lado un sector apegado al pasado, y por el otro un sector que quiere abrirse paso y ser protagonista. Nombres como el de Liliana Hernández, Salas Feo, Pedro Pablo Alcántara, Marquina, Andrés Velásquez, Tablante, para nombrar algunos personajes oscuros de la IV Republica, sin talento, con prontuario de corrupción cuando alguna vez fueron gobierno. A este grupo se les une una buena cantidad de traidores que comenzaron con el proceso revolucionario, pero que no aguantaron dos pedidas para dejar el pelero y unirse a la contrarrevolución; en este grupo tenemos a los Jiménez, a los Farias, a las Marisabeles etc. Por fuera como la guayabera quedaron los estudiantes de las manitos blancas, solo Stalin fue considerado, y desde las filas de la extrema izquierda como Bandera Roja fue a para a la extrema derecha con UNT. Ratificando la premisa de que todo los extremos se unen.
El caos que se avecina en las filas opositoras apenas comienza. En estados emblemáticos la unidad es frágil. En Carabobo desde dinosaurios adecos, hasta el “Pollito” Salas Feo quieren volver al festín, que no es mas que robarles a los carabobeños sus sueños de Libertad, Justicia e Igualdad. Y eso esta pasando en otros estados estratégicos para la Revolución.
Por ello, la unidad y la solidez en las filas del PSUV debe ser contundente, nuestros aliados también deben dar el ejemplo, en este momento histórico. Vacilar seria perder.
NO VOLVERAN!!
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