Se les funden neuronas de perversidad a opositores que deambulan de canal en canal de televisión, periódico en periódico y emisora de radio en emisora de radio. Nos aplican con desenfrenada misión y pasión dignas de mejor causa, “corrientazos” de explicaciones y opiniones, pronosticando que seguirán los apagones en todo el territorio nacional, por culpa de lo que, aseguran y perjuran se debe a la falta de mantenimiento en materia eléctrica, intentando convencer a venezolanas y venezolanos, criollos y extranjeros, que ahora cuando la electricidad es responsabilidad del estado venezolano y no de saqueadoras empresas transnacionales, por eso se producen mega apagones y en líneas generales ya no es bueno el servicio de luz eléctrica.
Con la escasa “luz” de sus entendimientos vendidos a compañías capitalistas a ultranza, e igualmente venales ante gobiernos extranjeros practicantes del neoliberalismo salvaje, personajes y personajillos acuden al partido de la “ravelocracia” en La Florida, Caracas, para influenciarnos a través de globo-terror-colombianización-gringón y últimamente electrocutación-visión, desatando terrorismo comunicacional a raíz de los continuos sabotajes a la tierra venezolana y el diario vivir de sus habitantes. De manera sospechosamente cándida afirman que los apagones no ocurrirían, si la electricidad continuara privatizada, como era su malsana intención. No explican estos hábiles buenos para nada en el verdadero sentido de la palabra, que las compañías descentralizadas, aquellas corporaciones eléctricas sucesoras de la vieja CADAFE, actuaron como C A D A F E - Compañías Anónimas de Administrar Fraudes y Estafas-, contra la nación y sus habitantes.
Durante todos los años que las tuvieron bajo su mando no dieron mantenimiento a las instalaciones eléctricas, por cuanto no eran ningún grave problema, debido a que en la cuarta república adecopeyana no se disfrutó como hoy de la suficiente bonanza familiar, empresarial, industrial y de proyectos empleadores, que ha permitido la revolución bolivariana no sólo construyendo obras gigantescas, sino una expansión tal del uso de aparatos electrodomésticos, que a cada rato provoca colapsos en el servicio de luz eléctrica en cualquier punto del país. Aquellos que actuaron en forma mezquina cuando ocuparon el poder, daban escasos aumentos salariales al trabajador y no les importó si los sectores excluidos disfrutaban o no de la electricidad en su vida diaria.
Definitivamente no les interesa o más bien disimulan y reculan, a la hora de explicarle al colectivo la forma inepta como no pudieron ser capaces de darle mantenimiento a los equipos eléctricos para sostenerlos en óptimas condiciones. Por contraste, hoy abundan los proyectos de inversión en la industria de la electricidad a mediano y largo plazo, dispuestos desde que se nacionalizó ese importante servicio público, inversiones acerca de las cuales no informan ni comentan, pero si sabotean y se valen de la absoluta democracia irrestricta en que vivimos, para engañar torpemente a un colectivo cada vez más “pila”, consciente, decente e inteligente, al cual no podrán inyectarle la perversidad de quienes derrochan neuronas pretendiendo convencernos de falsedades asquerosamente publicitadas por sus golpistas intenciones; unas neuronas repletas de saboteadores apagones.
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