Derecha dicta dictatorialmente. El debate que no hubo entre los intelectuales de Cedice y los socialistas demuestra cómo el totalitarismo mediático tiene una flexibilidad infinita para mentir. Es, diría Borges, versátil en el error.
No había terminado el brillante Aló, Presidente del viernes 29, en el que Hugo Chávez ratificaba la invitación, cuando ya El País de Madrid titulaba que Chávez había rehuido el encuentro. Era su único discurso posible. Chávez los invitó, con todas sus letras, a Miraflores al día siguiente. Los esperó inútilmente.
La derecha está demasiado acostumbrada al clima despótico de sus empresas para discutir. Así hicieron los chicos manos blancas en la Asamblea Nacional, luego de que gruñeron malcriados que querían ir allí, en cadena nacional, con la prensa internacional a su servicio. Pero había unos estudiantes bolivarianos cuya palabra espléndida lo arrolló. Salieron corriendo, con el tricolor como babero. El totalitarismo mediático internacional ocultó ese papelón.
Igual hizo la rectora correlona y “magnífica”, cuyo manejo del presupuesto universitario debiera transparentar, que no toleró que un estudiante le cantara las cuarenta y huyó, luego de un desplante impropio de una educadora, con sus zagales manos blancas, cuya especialidad es correr y achicharrar vegetación. ¿Estudian esos chicos que ni saben en qué tiempo viven cuando se les pregunta qué se celebra el 23 de Enero? Esa es la excelencia que braman ante las universidades bolivarianas. La excelencia de Ricardo Sánchez, Stalin González y otras tempranas reputaciones consagradas y nulidades engreídas.
Fue una ocurrencia nuestra invitar a los intelectuales “cediciosos”, como los llama Tulio Monsalve, que el presidente Chávez aprovechó para proponer el Aló, Presidente como espacio para el entrevero. Los cediciosos aceptaron, proponiendo que el debate fuese entre Mario Vargas Llosa y Chávez. Aunque con reservas, Chávez aceptó. Pero aprovecharon los matices de Chávez para armar automáticamente la matriz de que rehuyó el debate. Ya casi todos los medios instalaron en el mundo la matriz del Chávez dictador, antisemita y negado al diálogo que ellos desechan, promueven a Pinochet y tienen altares nazis en sus casas.
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