Enquistados para el saboteo desde la administración pública, herencia de cuarenta años de disimulocracia representativa, hombres y mujeres sin conciencia de patria sino con el acendrado concepto de la obediencia ciega a sus empleadores en gobiernos anteriores, actúan convertidos en contrarrevolucionarios y convencidos que cumpliendo su papel de saboteadores “trabajan” a favor de la “democracia” a su estilo. Funcionarios y funcionarias esconden informes, bloquean decisiones, practican operación morrocoy, inventan rumores y en líneas generales se autodescalifican como seres decentes y pensantes, recurriendo a bajezas de todos los calibres con tal de desprestigiar a quienes despectivamente llaman “Chávez y sus rojos rojitos...”. Un sindicalero de CORPOELEC se le salió delante afirmar en Maracay su desatada odiocracia gritando “seguiremos saboteando hasta que Chávez se caiga…”. Se trata de perversidad inducida por instrucciones de dirigentes viudos y viudas de la cuarta república, aquellos explotadores de los trabajadores que no les conseguían aumentos de salarios anuales, ni les firmaban contratos sociales decentes, pero hoy se lanzan por el despeñadero cual enemigos de la patria, desclasados y rabiosos como canes peligrosos, amargados por las derrotas electorales.
A esa clase de gente o gentuza, a esos “C B M” es decir -ciudadanos basura mental- el pueblo bueno en su mayoría, el noble pueblo practicante de cualquier religión como lo permite la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, hay que identificarlos y por ley pedir que sean investigados. Son los antipatria de las antiguas mieles del poder, recordando sus pasados 40 años de complicidad entreguista de nuestras riquezas, autopromocionándose como la democracia vitrina de América, aunque aceptaban mansamente el negocio petrolero con las transnacionales, disimulando u ocultando el robo descarado de nuestro petróleo, oro o cualquier riqueza natural renovable o no renovable, apegados a los dictados del imperio norteamericano y sus sinvergüenzuras, ordenándonos decisiones políticas y económicas y apoyando la pantomima de elecciones blanquiverdes, hasta que llegó arrollando la revolución liberadora. A los esclavos y ordeñadores de leche negra (petróleo) para regalarlo a los gobiernos de la Casa Blanca y sus intereses mundiales, se les acabó la vaca de la disimulocracia, no deben volver a tener influencia y por ello el colectivo inteligente no disociado ni engañado no permitirá que vuelvan en mayoría a su perniciosa influencia en el Poder Legislativo, esa instancia no caerá en manos de imitadores de los conspiradores hondureños, quienes vienen con la intención de arrebatarnos la atención gratuita a la salud, las pensiones y los nuevos parámetros de la educación para todas y todos a cualquier edad.
El colectivo mayoritario conciente no dejará que prohiban los créditos populares o la atención indiscriminada a todos los estratos sociales en materia de vivienda. Una actitud revolucionaria bolivariana digna votando por los representantes del proceso de cambios, será orgullo venezolano de nuestra política internacionalmente independiente y pluralista. Está en juego la soberanía de la que son enemigos quienes pretendan regresarnos, no permitas entonces que con sus billetes y el terrorismo comunicacional, te engañen y vuelvan los SABOTEADEQUITOS y sus COMPLICEYANITOS, como quiera que se disfracen para engañarte.
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