¿Por qué declaramos nuestras Reservas Naturales?

Para convertirnos en potencia económica, necesitamos conservar
nuestros recursos económicos. Cualquier ayuda a terceros mediante
exportaciones de aquellas reservas que les hagamos a países que no
garantizan fidelidad para nuestro proyecto bolivariano debería ser
suspendida con la mayor brevedad posible.

Cuando hablamos de "reservas petroleras", por ejemplo, qué queremos
decir, si no son para nuestro propio desarrollo industrial?, ¿acaso,
reservas para mantener el de otros países importadores y evitarnos el
nuestro?

Pareciera que hemos estado haciendo el triste papel de gafos cuando
declaramos y hasta pedimos certificaciones a terceros sobre nuestras
reservas naturales.

Pareciera que no hemos tenido ya suficiente fiscalización extranjera o
imperial desde los mismísimos tiempos del afamado barón de Humboldt,
de quien se encargó de escudriñar el mínimo rincón de la amplia zona
equinoxial americana.

No vemos en ningún texto de la Geografía Norteamericana, o francesa o
inglesa, informaciones acerca de sus reservas naturales; a lo sumo,
esa literatura geoeconómica universal, aunque mediatiza por los mismos
países imperiales, señala datos desactualizados o aproximados sin
ninguna certificación porque sencillamente a los países imperiales
nadie los audita: ellos auditan a los países pendejos con gobiernos
títeres al frente.

El argumento de que sólo certificándose nuestras reservas como país
exportador podríamos garantizar entregas a futuro resulta asaz
deleznable ya que al caerse nuestro primer envío de algún contrato de
exportación de alguno de nuestros recursos naturales, el mercado que
podríamos tener tambalearía; sufriríamos un descrédito como en general
suele ocurrir en los mercados.

Venimos sosteniendo que las importaciones masivas desde países como el
nuestro, casi regaladas e impulsado en favor de sí mismos por los
países altamente industrializados, han buscado agotarnos esas reservas
porque estas han sido y serán las bases fundamentales de nuestro
potencial para ser Potencia, así como lo han sido para los
importadores del caso.

Sugerimos que todo nuestro potencial para hacernos potencia debe ser
uno de los pocos "top secret" a los que tenemos pleno derecho.



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Manuel C. Martínez


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