La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico creado por las potencias mundiales, ha reconocido que todo el crecimiento económico del sistema mundial ha ocasionado la contaminación ambiental, mortal para el planeta y los seres humanos. La degradación ambiental es una amenaza real, comprobado nuevamente con los últimos fenómenos climáticos que están en pleno desarrollo en el planeta. Rusia y China países emergentes, tampoco tienen política consona con el medio ambiente. Además, Donald Trump decidió retirar a los EE.UU del acuerdo de Paris el 27/05/2017, y lo más grave se refirió al tema como una “farsa”.
Existen dos temas transcendentales a solucionar para poder garantizar la vida humana en el planeta, la contaminación ambiental y un sistema económico mundial con justicia social para todos sus habitantes. Las señales del cambio climático son evidentes, en las ultimas décadas el nivel de los mares han aumentado el doble con respecto al ultimo siglo. Groenlandia ha perdido cerca de 250km3 de hielo por ano desde el 2002 y 2006, mientras la Antártica perdió 153km3 entre 2002 y 2005. Además del aumento en las emisiones de carbono de todos los países. Los EE.UU representa solo el 4% de la población mundial, pero tiene el 25% de las emisiones de dióxido de carbono producto de combustibles fósiles.
Si las evidencias científicas no fueran suficientes para convencernos del peligro actual, debemos referirnos a lo señalado en la Biblia, donde se narran fenómenos naturales parecidos a lo que acontecen en la actualidad con él termino de Apocalipsis, incluyendo las hambrunas de aquella época parecida a las actuales. Todavía tenemos tiempo para actuar sobre estos problemas ambientales y humanos. Un sistema económico mundial que ponga el acento en los seres humanos, es urgente y ese no es otro que el sistema socialista y detenemos poco tiempo para realizarlo. Las palabras de Rosa Luxemburgo siguen vigentes, ahora mas que nunca, Socialismo o Barbarie.