El oposicionismo venezolano, ejemplo vivo de lo que no debe hacerse en política, es famoso, no solo por sus fallidos intentos por romper el orden constitucional por vías antidemocráticas como el golpe de estadio, paro petrolero, la importación de paramilitares, guarimbas, el permanente sabotaje por la vía del desabastecimiento de rubros alimenticios que son de uso indispensable para la dieta diaria del venezolano, la conducta de los parlamentarios oponiéndose a todo y las más de las veces dejando vacías sus curules, en una clara desobediencia al mandato popular que les dio su voto, sino que también es famosos por la satisfacción que no pueden ocultar cuando suceden situaciones difíciles para el país, valga decir la enfermedad del Presidente de la que han pretendido hacer un filón para sus campañas necrofilicas por acción u omisión, el incendio en Amuay, la vaguada en Cumanacoa, haciendo de ello un escándalo, algo ya repetitivo, que les ha fracasado, pero con lo cual siguen insistiendo en una demostración de su poca imaginación, que no les deja ver que esas estrategias con Chávez no funcionan y que estamos viviendo una Revolución desde hace ya 14 años que está siendo adoptada cada día por más pueblo que al comprobar que se equivocan siguiendo una corriente variopinta, sin una plataforma ideológica ni objetivos claros, están perdiendo su tiempo, lo cual se ha traducido en una sucesión de derrotas a las que se va a sumar la del próximo 16 de diciembre que será sin precedentes por sus resultados a favor del proceso y sus candidatos y candidatas a gobernadores y gobernadoras.
Aquí en el Táchira, un estado fronterizo, sui generis por ser receptor de toda la disfunción social que se vive en el país vecino, entrada permanente de todo tipo de elementos relacionados con el crimen, el narcotráfico, el contrabando, trata de blancas, refugio de desplazados o no, estos últimos paramilitares que comercian con sus conocimientos para el Sicariato y el secuestro, que han instituido la vacuna y la extorción a comerciantes y empresarios que obligados por la falta de protección de las policías estadal y municipal, especialmente en la capital, en manos de la derecha, que se niega a actuar en mancomunidad con los planes y programas establecidos por la autoridad nacional, se ven obligados para salvar sus vidas, las de su familia, y sus bienes se ven obligados a caer en redes de las mafias que en gran número han hecho vida en nuestro territorio gobernado como sabemos por un sujeto displicente, con un oscuro pasado de corrupción, quien desde el primer día de su nefasto gobierno le declaró la guerra al poder nacional representado por el Presidente Chávez, dedicándose casi que a tiempo completo a tratar de minar su autoridad y venderle al pueblo la especie de que el primer mandatario a ex profeso tiene abandonado y marginado nuestro estado, pero como la mentira tiene patas cortas y el pueblo ha evolucionado y puede inferir dónde está la verdad, pero además porque la revolución le ha dado la responsabilidad de colocarse al frente de la reconquista del estado a un excepcional profesional, como el Capitán y Abogado JOSE GREGORIO VIELMA MORA, con capacidad gerencial y organizativa, conciliador y estratega, digno discípulo de líder de este proceso, y garantía de paz que el pueblo, y es algo que se siente en el ambiente, ha adoptado y aceptado para que tome el timón y rescate este querido e importante territorio de la Patria de la tormenta en que está actualmente sumido. Quedan pocos días para celebrar no solo la rectificación de un pueblo que sabe que se equivocó hace cuatro años. en la escogencia de su conductor, sino el inicio de una nueva etapa que permitirá que este estado marche de la mano con el gobierno nacional para que se tomen medidas urgentes y necesarias para revertir el estado de caos y anarquía en que vivimos los tachirenses, por el mal gobierno de la derecha.
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