Como en todas las anteriores oportunidades lo que va a pasar este domingo 14 está decidido, como dijo el “hijo de Chávez” “hasta las piedras hablan” y no sólo por lo que dijeron las encuestas , todas, hasta que por disposiciones legales dejaron de publicarse, no sólo porque hasta altos funcionarios del gobierno gringo lo aceptan como un hecho irreversible, no sólo porque en grabaciones de conversaciones entre connotados opositores se ha dejado filtrar que no pueden negar un nuevo triunfo revolucionario, sino porque las características del candidato de la derecha, sus capacidades y virtudes demostradas, no una sino dos veces en menos de seis meses, son tan pobres y se evidencian más, al compararlas no digamos con las del gigante a quien se enfrentó en octubre, sino con quien ahora es su sucesor y que dejó sorprendidos a tirios y troyanos, por su discurso, su lenguaje llano y fácil de llegar a todos los públicos y por la capacidad demostrada al tratar temas profundos que jamás hemos oído en boca del candidato oposicionista.
Un irrefutable momento para medir la enorme diferencia fueron las entrevistas de Maduro en Venevisión conjunta con VTV y la de Capriles en Globovisión, como de aquí a la luna, en gestos, respuestas claras y sin titubear, a toda vista, la de Maduro, hecha sin previo guión conocido por el entrevistado, con entrevistadores reconocidos del sector opositor y una revolucionaria, mientras que la otra con entrevistadores sesgados, con toda seguridad, previo conocimiento por parte del candidato de la preguntas y los temas, lo cual no podía ser de otra manera, conociendo como todo el mundo conoce las limitaciones discursivas que han sido una de las características más limitativas del candidato, quien como sabemos ha sido apoyado, no porque sus seguidores se hayan fijado o no en esos elementos, sino porque es una verdad de Perogrullo que fuese quien hubiese sido el candidato, igual saca sus votos, pues ha quedado claro en todas las elecciones, en época de revolución que la oposición ha votado contra Chávez, en primer lugar y ahora lo hará contra Maduro, nunca con un voto consciente sino animado por el odio y el condicionamiento logrado en ese sector por los medios de comunicación.
Ha habido, sin embargo, en esta oportunidad hechos que podemos tomar como indicadores de que esa situación de incondicionalidad tiende a cambiar, la valiente confesión de María Alejandra en su articulo que hace suponer no es la única, el paso al frente de artistas de la farándula, las declaraciones de tres diputados suplentes del sector opositor en las que le retiran el apoyo a Capriles etc., son muestra de que las cosas han comenzado a variar y que seguramente, poco a poco habrá gente en las filas opositoras que terminan, por fuerza , cerciorándose de la realdad que no podrán ocultar eternamente los medios de la derecha nacional e internacional.
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