No hay alguna cifra oficial que pueda dar luz a la cantidad de socialistas que acudieron este domingo al llamado del Psuv. Y a lo mejor no la habrá. Mal que nos pese, suele connotado liderazgo de la revolución esconder con mudez sus responsabilidades, cuando estas aúllan de malos resultados. Lo que seguro si es, es que ya en horas de la tarde, el despliegue desesperado por llamar a los militantes a las urnas pesuvistas fue más que de acercamiento, de espanto. En Vtv, Teves y Globovision, no cesaban de hacer tales llamados importantes dirigentes del PSUV. Y ya también, desde la misma noche temprana del domingo, importantes líderes medios del partido susurraban con discreción que no llegaría al diez por ciento la votación al final. Entonces el alto y más sincero liderazgo del pesuvismo chavista que aún defiende la idea del líder eterno, debe reflexionar tales acontecimientos. Porque es que definitivamente todo indica que sigue profundamente desconcertada la inmensa mayoría del estrato socialista. Es posible que algunos montones de camaradas conectados a la burocracia del estado o acercados a las instancias del poder medio pudieran haber conformado la totalidad del segmento votante este domingo. Y cuando se profundiza en la vaina, uno empieza a entender a qué se debe toda esta situación. No es solamente que haya habido importantes pelones en la conducción económica y política del estado socialista. Es que en la alta dirección del partido hay gente que por razones de paracaidismo rudimentario, están allí. Y las bases socialistas de pendejas tienen menos que un comino. Saben que para optar a un liderazgo político debe cualquier socialista por años, rasgarse el pellejo. Hay algunos que por tan solo caerle bien a algún influyente camarada llega rapidito hasta a la cúpula más alta del partido. El incondicionalismo participante se ha vuelto una condición de vanguardia y el nepotismo ronda amenazante con desplazar la objetividad política. Allí, los alacranes de lo que tanto advirtió el viejito Muller, gozan retozones en el charcal de desprevenidos. Eso lo sabe, a veces calladita la masa socialista. Y se miran las mil aristas de esta extraña palangana del desconcierto y se piensa entonces, que no hay retorno entre los errores mil. Porque si los electos este domingo bajo las condiciones más precarias de una votación insuficiente, débil y exigua serian los que para el próximo año escogerían los candidatos a la Asamblea Nacional, al margen de una democrática elección primaria de toda la militancia, vayámonos preparándonos pues, para adornar en luto la bandeja ignominiosa que daría la mayoría a la exasperada oposición.