Cuando menciono a José Sant Roz lo hago con la certeza que él puede darme una respuesta pertinente a mi interrogante. Lo he leído por años en este portal de Aporrea y en "Ensartaos", pagina suya donde alguna que otra vez me publicó pero luego dejó de hacerlo; y lo sé demasiado sensato como para tomarse en serio mi interrogante, dirigida a él y sabiéndolo capaz de interpretarme adecuadamente. Es decir, no hay en mi pregunta ironía alguna, sino la intención que podamos impulsar un debate acerca de eso que solemos llamar el "Poder Popular". Demás está llamar, pues de eso se ocupará este trabajo, a cuidar las formas y mantener el buen juicio.
En su más reciente artículo titulado "Esto así no tendrá solución", Sant Roz, ni no se muestra crítico, si por demás inconforme, tanto que después de poner en duda que las recientes medidas económicas, incluida la relativa al nuevo cono monetario, pudieran servir para afrontar la crisis que nos agobia, expone que la única manera de avanzar, pues según él "no hay otra", sería poniendo en manos del "Poder Popular", buena parte de la actividad económica, tanto que expresa: "Esa sería la única solución posible a estas alturas de esta crisis. Que todas las ventas de repuestos para carros, que todos los mercados, que todas las tiendas, farmacias y ferreterías, que todas las fruterías y ventas de productos agrícolas pasen a manos del poder popular, esa sería la única solución posible, a estas alturas de este grandísimo caos. No hay otra…" https://www.aporrea.org/contraloria/a267071.html
Pero en el artículo anterior al ya mencionado, Sant Roz habló de "excretas", calificando así indelicadamente a quienes se refieren a Maduro de una manera que califica indebida, pero dijo también que "La crítica juiciosa y sana es otra cosa; es la que se hace para alertar sobre los errores que se puedan cometer, pero sin adjetivarlo con guasas y escarnios virulentos y biliosos.
https://www.aporrea.org/actualidad/a267041.html
Por esta última expresión me he sentido alentado a hacer no exactamente una crítica sino más bien un comentario y, como ya dije, una pregunta acerca de eso que tanto mientan y llaman "Poder Popular".
Pero antes, quiero advertir, que la constitución vigente, prevé varias formas de propiedad y una de ellas sería la colectiva o socializada en la cual las comunas tienen un rol importante que desempeñar. Pero es obvio que, pese Chávez habló de "Comuna o nada", entendiendo estas como espacios socializados y productivos, en ese sentido el gobierno nada ha hecho, por lo menos que sea digno de poner como ejemplo. Y eso que la frase de Chávez es una expresión muy común en el lenguaje coloquial, lo que no es un mensaje excluyente aunque sea exigente. Lo que revela, que al margen de la eficiencia o no de las personas puestas al frente de eso, el proceso no es fácil. Convertir a un individuo, trabajador individual, y más a una multitud, en un nivel u otro, en participante en un proceso colectivo donde jugarían el doble rol de simples trabajadores y al mismo tiempo socios y participantes en la gerencia, renunciando a los valores capitalistas, no es nada sencillo. Tanto que los cubanos, pese la experiencia de la URSS, optaron por la estatización y a esa relación, como sus mentores, le dieron el calificativo de socialista. Entonces, esperar que el "Poder Popular", tome cuerpo, conciencia y se desarrolle tanto como para asumir el control de la economía, con la velocidad que demanda nuestra crisis parece como un sueño. Si fuese lo contrario, ya el planeta estuviese marcado por otro signo.
La historia de la economía cubana de los últimos sesenta años, que envuelve a la "Revolución", demuestra que aquella relación, como en la URSS, no fue nada exitosa. Decir lo contrario por razones de romanticismo y pretendida solidaridad, sería contravenir lo que ahora mismo la dirección cubana ha modificado en su constitución. Tanto que dan apertura a la propiedad privada y se proponen estimular, mediante una serie de medidas, entre ellas impsositivas, la participación del capital, la iniciativa privada y la generación de empresarios. Lo mismo que antes hicieron los chinos y los vietnamitas. Y al margen de lo que uno pueda pensar de esas decisiones, no hay duda que los dos países asiáticos han sido exitosos. No creo que esto tenga relación con eso que llaman el "Poder Popular", que pareciera sugerir otra cosa, como eso que el Toby Valderrama llama "profundizar el socialismo". Porque no me niego a aceptar la posibilidad de desarrollar lo que está en la constitución, lo relativo a distintas formas de propiedad. Pero eso es otra cosa. Pudiera ser contradictorio, pero esas formas pudieran subsistir y de hecho subsisten, pues los pueblos originarios en América todavía mantienen muchas de esas antiguas relaciones. Y el Estado, si tiene interés en eso y los grupos revolucionarios incorporados a la producción pudieran fortalecerlas. En eso pensó Chávez cuando dijo "Comuna o nada".
Aquél lenguaje que calificaba de reformista a quien discrepase de las formas de organizar la economía según el clásico manual de un mundo de revolucionarios, chocó con que lo hicieron los descendientes de Mao y Ho Chi Min. Pero ahora acontece lo mismo con lo que en la Cuba de Fidel se está proponiendo. Los cubanos parecen haber aprendido de su propia experiencia y de la de los asiáticos. ¿Por qué no empezamos a aprender de todos esos procesos y dejamos de empeñarnos en repetir lo que ya ellos hicieron y viene de vuelta?
Por estas cosas, uno cansado de escuchar que, si los factores de la economía, me refiero a empresarios y la larga corte de participantes en el proceso de distribución de las mercancías, continuasen haciendo lo que hacen, no habría otra cosa que hacer que "profundizar el socialismo" o lo que propone Sant Roz, que pareciera ser lo mismo, porque "el Poder Popular", en buena medida ya participa en la distribución, no sólo como individuos que compran y venden mercancías en pequeñas cantidades sino participan también en las cadenas de los CLAP. Y estas cadenas, es un hecho cierto, también están invadidas por la corrupción y participan en esas dañinas jornadas para especular al pueblo que tanto molesta y duele a Sant Roz como a uno. En algunos mercados, las mercancías más abundantes, han llegado a ser las de los CLAP.
Al "Poder Popular" se le alude como una entelequia o un Dios que tiene la potestad de resolverlo todo. De la misma manera que los ideólogos del capitalismo aluden al mercado. Como si fuesen, uno y otro, un hada madrina que bajada de los cielos, se encargaría de distribuir "a cada uno de acuerdo a sus necesidades".
¿Por qué no desarrollar la idea de eso del "Poder Popular" y la economía, como el proceso productivo y la distribución de mercancías? Que deje de ser una frase vacía o consigna para generar entusiasmo sino se convierta en un proyecto tangible y sustentable. ¡Por qué si es posible! Pero sin pedirle peras al olmo. De aquí a China es lejos y aún así hay que sortear los escollos y las zancadillas, por lo que hay que ir con cautela.
Sería buena que alguien se tomara el trabajo de exponer con claridad cómo sería o mejor cómo actuaría ese "Poder Popular". Esa expresión ha servido para adornar las expropiaciones de factores económicos o empresas como Agro Patria, Industrias La gaviota y tantas otras que han terminado en la quiebra y el cierre. Porque es evidente que el "Poder Popular", desde el gobierno fue secuestrado hace tiempo, tanto que el dedo, llamado ahora "cooptador", impone sus reglas.
La palabra tiene un enorme valor. Pero puede no servir de mucho cuando carece de contenido.
