El infierno fascina, sino cómo seduciría a las almas. El capitalismo es similar, sus tentaciones son irresistibles para los de poca fe.
Innumerables son las vías que se ofrecen a las revoluciones para regresar a los territorios del capitalismo, muchas las excusas que amparan la renuncia al camino, relumbran los premios para los renegados.
La Revolución Bolivariana que avanza, es objetivo de las tentaciones del capitalismo, debemos estar alertas frente a deslizamientos y errores. Veamos.
El capitalismo es un sistema, por tanto, cada aspecto de la vida social regula y es regulado por ese sistema. No hay elemento aislado, el todo controla a sus componentes, y cada componente influye en el todo.
Siendo así, su superación es total: no se puede superar al capitalismo sólo en política y no en la economía, superarlo en la organización social, pero no en el arte, o la ciencia.
La superación del capitalismo es el mayor salto cultural que se ha planteado la humanidad en toda su historia, sólo comparable al advenimiento de la escritura, o al dominio del fuego. Por lo tanto, ese salto con más razón sólo será posible si es total.
Ese cambio inmenso tiene como eje la Conciencia del Deber Social. A este convencimiento arribó la humanidad después de siglos de esfuerzo liberador. De allí que cualquier cambio, medidas, resoluciones que emprenda la Revolución, debe ser calibrado, valorado por su influencia en esa Conciencia.
Nada puede ser exitoso si no crea Conciencia del Deber Social, porque esa “solución”, más allá del dudoso éxito momentáneo, inevitablemente nos conducirá a la pérdida de la esperanza revolucionaria.
Así, una propuesta económica que fortalezca, que estimule, financie al capitalismo, sea este pequeño o grande, estará también, pero multiplicado por miles, estimulando, fortaleciendo la conciencia egoísta que es propia del capitalismo, y fatalmente conduce a la derrota del Socialismo.
En otras palabras, esas “soluciones” estarán cavando la sepultura de la Revolución.
Las alianzas con el capitalismo, con el capital, son siempre alianzas perversas, nadie pone su vida en manos del diablo y sale airoso.
La productividad, el importantísimo cambio de nuestra cultura del trabajo, el paso de la espiritualidad rentista a la espiritualidad productiva, cualquier obstáculo a la Revolución, sólo será realmente superado si se hace con soluciones socialistas.
No hay otra forma Revolucionaria de solucionar las dificultades. Sucumbir a la fascinación de usar las armas melladas del capitalismo, ya sabemos que conduce inevitablemente a funestos resultados.
La humanidad, el continente, este pueblo, requiere urgentes soluciones que asombren al mundo, que señalen caminos, que demuestren que cuando un pueblo y sus dirigentes se unen, se fusionan en un solo esfuerzo y un único anhelo, pueden explorar nuevos territorios que conduzcan a la salvación de la especie y a la construcción de una sociedad donde nadie tenga carencias materiales, y nadie sea náufrago solitario rodeado de mercancías vivas y muertas.
Vale la pena intentar construir ese mundo, eso es lo único que le da sentido a la consigna: “Patria, Socialismo o Muerte”
¡Chávez es Socialismo!