Sé que lo que voy a decir puede ir en contra de la avalancha de mails, escritos y opiniones a través de los cuales, por similares motivos, muchos camaradas se han quejado sobre la salida de Eduardo Samán del Ministerio del Poder Popular para el Comercio.
Lo primero que diré es que lo ha hecho muy bien, su humildad y su capacidad de trabajo son gigantescas. No solo resistió los embates del empresariado fascista explotador y hambreador del Pueblo, sino que fue a la ofensiva, demostrando que con perseverancia pero además con inteligencia, puede vencerse a un enemigo secular que en todas las revoluciones constituye un fuerte obstáculo para la transición hacia un nuevo modelo económico. Sobre todo cuando se hace pacíficamente.
Veamos. Cuando el Líder Comandante anuncia al país la salida de Samán de dicho Ministerio, si mal no recuerdo, dijo que éste iría a nuevos destinos relacionados con los consumidores. De allí infiero que se le darán nuevas responsabilidades. Debo confesar que al escuchar la noticia de su salida quedé tan desconcertado como muchos de ustedes, pues resulta inesperada una decisión de este tipo hacia alguien de quien estamos convencidos con hechos, cifras y resultados, cumplió a cabalidad con su juramento. De modo que el balde de agua fue desagradable. Unido a ello, las protestas y las exigencias de explicaciones pueden entenderse como consecuencia de que no ha habido información precisa sobre adonde iría Samán a pesar de que van varios días desde el anuncio.
Es allí a donde quiero llegar. Si bien es cierto que muchas opiniones están cargadas de genuina preocupación, otras tienen retorcidos argumentos y especulaciones que distan mucho de parecer planteamientos o críticas serias hacia el gobierno y su jefe. Desde suponer que la salida de Samán es una negociación con el grupo Casino, hasta pronosticar la caída de la revolución porque un círculo diabólico dirige al Líder desde las sombras.
Sólo añadiré esto: Si nuestro Líder ha sido capaz de llevar a cabo cambios profundos enfrentando a imperio más grande del planeta, si ha sorteado miles de obstáculos para impulsar y rescatar casi de su muerte a la OPEP, si nos ha dicho que se consumirá para llevar a la patria hacia el socialismo ¿Cómo alguien puede creer que haya cedido ante la presión de un grupo de poder, llámese como se llame? Al decir de otros camaradas, a Chávez lo tiene en tres y dos una cofradía de nigromantes de la política, quienes son el verdadero poder y con una suerte de burundanga le hacen tomar decisiones descabelladas e incomprensibles.
Los argumentos dan, incluso, para derivar hacia la presencia del “miquilenismo” nada más y nada menos que en la figura de la vice presidencia y se suelta aquello de que “las condiciones” para su aceptación pasaban por la salida de Samán. Habría que asumir la desmemoria de un hombre que fue traicionado por el anciano de seis dedos y su inocencia como animal político, ambas cosas distantes años luz del Hugo Rafael Chávez Frías de hoy. En el pasado nos ha demostrado, empezando precisamente con Luís Miquilena, que la razón le ha asistido, sin que esto quiera significar relaciones entre aquellos hechos y este.
Creo que debemos tener fe, incluso en nosotros mismos, como granos de arena en la construcción de la patria y confiar en un Líder que a cada paso nos da lecciones de profunda convicción en su rumbo y de razón en sus acciones.
pladel@cantv.net